LA BÚSQUEDA DEL SANTO GRIAL II

Carlos del Tilo

Nos esforzaremos en resumir, lo más brevemente posible y limitándonos a lo esencial, los Romances de la Mesa Redonda según la versión establecida por Jacques Boulenger (1) a partir de los textos de Chrétien de Troyes y Roberto de Borón.

Difiriendo con el Párzifal de Wolfram, aquí no encontramos ninguna alusión a la fuente islámica. La leyenda del Grial aparece por primera vez hacia 1.180 con la obra de Chrétien de Troyes; pero la gran leyenda del Rey Arturo y del Mago Merlín ya se había extendido por Occidente hacía mucho tiempo; es parte integrante de la antigua tradición céltica.

De nuevo citamos a P. Ponsoye en su notable obra (2) a la cual ya nos hemos referido ampliamente en nuestra introducción:

«Al contrario de lo que se acostumbra a creer en general, la tradición céltica no desapareció cuando se llevó a cabo la evangelización de la Galia y a Bretaña insular. Se encuentran huellas de su actividad no sólo en el momento del renacimiento céltico-cristiano en el siglo XI, llamado Neodruidismo, sino en el siglo XIV e incluso en el XV. Los oráculos de Merlín, por ejemplo, fueron oídos durante toda la Edad Media y escuchados… sin que la iglesia se opusiera y, esta sólo los prohibió después del Concilio de Trento (1545)cuando únicamente subsistían como meras supersticiones. Los países célticos son los únicos donde el cristianismo fue acogido de manera espontánea y casi sin derramamiento de sangre…

…A lo largo de varios siglos, ambas tradiciones subsistieron paralelamente, al tiempo que el Cristianismo poco a poco se hacía cargo de la comunidad general de los pueblos bretones y que el druidismo propiamente dicho se retiraba hacia un tipo de actividad cada vez más oculto y, principalmente, de forma eremítica…

…En su gran mayoría, los Druidas se acogieron a la nueva religión y formaron, sobre todo, estos misteriosos monjes Kuldeos que la historia omite mencionar casi por completo pero quienes, ciertamente, contribuyeron a asegurar la transmisión al cristianismo de la herencia sagrada del Celtismo moribundo.

El hecho de que esta herencia participara de la «infancia» del Grial queda demostrado no sólo por la presencia de elementos célticos puros dentro de la estructura de la leyenda, sino también por la existencia anterior, entre los bretones, de una tradición original de la Copa salutífera conteniendo «el agua de resurrección». A lo largo de decenas de siglos, dicha copa había figurado en el Zodíaco de piedra del templo estelar de Glastonbury y se encuentra en los poemas bárdicos.

Talesiano, en particular, gran bardo (3) del siglo VI decía que: «inspira el genio poético, otorga la sabiduría, descubre a sus adoradores la ciencia del porvenir y los misterios del mundo». Talesiano también dice: «Sus bordes están adornados con hileras de perlas y diamantes», lo que según el valor de conversión de sus virtudes proféticas en virtudes eucarísticas permite verla como el prototipo del vaso descrito por Chrétien de Troyes y que, como sabemos, sólo recibe su exclusiva especificación crística de los continuadores de dicho autor».

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(1) Texto nuevamente redactado por J.Boulanger: Les Romans de la Table Ronde incluyendo: Merlín l´Enchanteur, Lancelot du Lac, Le Saint-Graal, La Mort d´Artus. Plon, París, 1948.

(2) P. Ponsoye, L´Islam et le Graal, Ed. Arché, Milano, 1976, pag. 151, 152 y 153.

(3) Los bardos: poetas celtas de inspiración profética.

RESUMEN DE LOS ROMANCES DE LA MESA REDONDA

Nacido de una virgen y del Diablo, Merlín cuando nació era tan peludo que al verle las mujeres se asustaron mucho. Se dice que por su padre, el Enemigo, venía dotado de la ciencia infusa de las cosas hechas, dichas y pasadas; además, y gracias a la bondad y el arrepentimiento de su madre, que era santa y pura, había recibido el conocimiento de las cosas por venir.

Apenas destetado empezó a hablar de manera sorprendente. Hasta la edad de siete años fue educado por su madre (1).

En aquellos tiempos, el rey Uter Pendragon (2) de Bretaña que había oído contar maravillas sobre Merlín, sintió un gran deseo de verle y empezó a buscarle por toda la tierra. Un día, en el bosque (3) encontró a un miserable pastor contrahecho que le dijo: «conozco al que buscas pero sólo se deja hallar cuando lo consiente». Uter Pendragon dijo: «Soy el rey», el pastor dijo: «Y yo, soy Merlín». Así fue como el rey supo que Merlín tenía el poder de tomar la apariencia que quería (4).

Entonces, Merlín prometió al rey que le ayudaría con todo su poder.

Al morir Uter Pendragon, Merlín no permitió que se eligiera otro rey que el designado por Dios; así, el joven Arturo (5), hijo de Uter Pendragon, fue el único, preferido a todos los pretendientes, que consiguió sacar la espada (6) del yunque de hierro donde estaba hundida hasta la empuñadura. Después fue consagrado como rey y, siempre con la ayuda de Merlín, triunfó sobre todos sus enemigos. Luego, Merlín le llevó ante el rey Leodogan con cuya hija Ginebra, heredera del reino de su padre, se casó.

El renombre de Arturo se extendió rápidamente y los jóvenes hijos de reyes afluían hacia él para ser investidos como caballeros. Así se reunieron los futuros caballeros de la Mesa Redonda.

Entonces, Merlín reveló a Arturo los designios de Dios respecto a él. A continuación Merlín relata la leyenda del Santo Grial.

Tanto José de Arimatea (7) como Nicodemo eran «discípulos de Jesús pero en secreto por temor a los judíos».

El primero después de recoger la sangre del Salvador en una escudilla, la de la Cena, recibió la orden de ir por el mundo sin dinero ni calzado ni nada, excepto la santa escudilla, para predicar el misterio de la encarnación, de la muerte y de la resurrección, y hacer curaciones en el nombre de Jesucristo. Partió con los suyos y llegó a Bretaña-la-azul después de realizar numerosos prodigios. «Desde entonces dicho vaso fue llamado: Graal o Greal a causa de la gracia que desprendía y para que no hubiese nadie que se acercara a él con un corazón puro sin quedar satisfecho».

Después, el rey Arturo es informado de la sorprendente aventura ocurrida en Nasciano, hombre de Sarrás, que penetró en la misteriosa nave de Salomón. Dicha nave había sido construida por el rey Salomón para dar a conocer a su lejano descendiente que había predicho su venida. Merlín nos dice lo que contenía: un lecho espléndido en cuya cabecera yacía la espada del rey David, padre de Salomón. La espada era bella y perfecta en todas sus partes salvo las ataduras de la funda, hechas con miserable cáñamo. Sobre la hoja, unas letras grabadas avisaban que sólo el mejor caballero de todos los tiempos podría desenfundarla sin peligro y que las ataduras algún día serían reemplazadas por una mujer virgen. Además, alrededor del lecho, estaban plantados tres husos de madera, uno blanco, el segundo bermejo y el tercero verde esmeralda; estos husos provenían del árbol del Paraíso del que Eva había conservado una rama cuando fue echada del Jardín de Edén como Adán.

Entonces Merlín vuelve a mencionar a José de Arimatea y sus compañeros. Dice que cada día, en memoria de la Santa Cena, se sentaban en torno a una mesa de la que siempre se dejaba un asiento libre para significar el de Jesucristo en la Cena, y se llamaba el asiento peligroso.

En el centro se depositaba el Grial velado con un paño; todos los comensales eran alimentados por él de una manera sobrenatural. Así, los que eran de buena vida vivían del Santo Grial mientras que los demás debían alimentarse como podían.

El descendiente de José fue Josefo, luego Alán, el Rico Pescador (8) y Merlín añade además que los compañeros del Grial, al llegar a una región de gente necia y pagana, construyeron un fuerte castillo llamado Corberic – en caldeo: muy santo vaso – donde vivieron a partir de entonces y donde conservaron el Grial. El último descendiente se llamaba el rey Pelles y de él debía nacer una virgen que daría a luz al que conocería la verdad del Grial realizando la proeza del caballero Josué (9).

Merlín termina así encomendando al rey Arturo establecer una mesa, tercera según la Santa Trinidad, en memoria de la Cena, y el caballero que ocupase el asiento vacío también se sentaría en el Asiento Peligroso de la Mesa del Grial. Le dice: «Esto te honrará mucho y mientras vivas ocurrirán muchas maravillas».

Arturo contestó que así se haría según la voluntad de Jesucristo.

No obstante, la historia nos dice que Merlín iba con frecuencia a reunirse con su amiga, el hada Viviana. Viviana (10) moraba en el bosque de Brocelianda y era la hija de Dyonas, el propio ahijado de Diana, la diosa de los bosques. Y, «un día que ella estaba sentada al borde de una fuente clara cuya gravilla relucía como plata fina», Merlín la vio y quedó tan admirado que no pudo decir palabra alguna. En cuanto la oyó hablar le pidió su amor y ella se lo concedió a cambio de que él consintiera en enseñarle su arte de mago. Y Merlín, que no podía resistírsele de tanto que la amaba, poco a poco le enseñó toda su ciencia. Así es como llegó a construir para ella un esplendoroso castillo sobre un lago, a ejemplo del de la diosa Diana. Cualquier persona ajena a la casa del hada y que quisiera violar la entrada se hundía en el lago, pues este sólo era visible para los profanos.

Después de un encantamiento que lo había convertido en enano, el caballero Gawain penetró en el bosque de Brocelianda donde oyó la voz de Merlín que provenía de una especie de vapor que, aún aéreo y translúcido, impedía el paso a su caballero. Supo que Viviana, tan bien instruida, había «encantado» a su maestro, aprisionándole dentro de una nube y, al despertarse, este se encontró sobre un lecho magnífico en la habitación más cerrada que jamás había existido; y Merlín añadió: «Ningún día ni noche me falta su compañía. Y estoy más loco que nunca pues la amo más que a mi libertad» (11).

Luego el cuento narra toda la infancia y las proezas de Lanzarote del Lago. Hijo del rey Ban de Benoïc y de la reina Helena, fue bautizado con el nombre de Galaad pero llamado Lanzarote durante toda su vida.

Todavía era muy joven cuando la Dama del Lago le raptó y educó como a su propio hijo en su castillo. El rey Arturo le nombró caballero pero la reina Ginebra fue quien le ciñó la espada. Al concebir un invencible amor hacia la reina, la escogió como su dama. Se dice que su pasión era tan grande que al verla olvidaba combates y peligros, y permanecía en éxtasis. Así, por amor a la reina Ginebra, Lanzarote, el blanco caballero, realizó muchas hazañas que resultarían demasiado largas de contar en detalle.

Sólo mencionaremos que, un día, tuvo la insigne suerte de penetrar en el Castillo Aventurado donde el rey Pelles conservaba la Sangre muy pura y que pudo ver el precioso vaso velado con un paño, llevado por la hija del rey y precedido por una paloma blanca volando a través de la sala con un incensario de oro en el pico. Y, según la costumbre, luego de desaparecer todo, cada comensal encontró ante él alimentos excelentes pero para Lanzarote, tal como antaño había sucedido con el Señor Gawain, nada fue depositado.

A la noche, el rey Pelles, informado del amor de Lanzarote hacia la reina Ginebra, le hizo beber un filtro a fin de que aceptara a su hija -la más bella del mundo- y que el mandamiento se cumpliera, dice el cuento: y Lanzarote tomando a la hija del rey, el Rico Pescador, como su dama, entonces la conoció «como Adán a su Esposa». Aquella noche, ella recibió el fruto por el cual las aventuras de Bretaña debían ser llevadas a su término, tal como Merlín lo había predicho, o sea, Galaad quien vendría a sentarse en el Asiento Peligroso de la Mesa del Grial.

Era, pues, Galaad quien debía llevar a buen término la Alta Búsqueda del Grial, acompañado por Bohor , primo de Lanzarote, y por Perceval. Este era sobrino del rey Pelles y, por lo tanto, descendiente del linaje de José de Arimatea. El autor nos lo presenta tan sencillo de corazón y espíritu que nunca se le ocurrió ninguna malicia. Por otra parte, en la corte del rey Arturo había una doncella muda – por esto se le llamaba «la doncella que nunca mintió» – al ver llegar a Perceval armado, de repente exclamó: «Caballero de Jesucristo, ven a sentarte a la Mesa Redonda» y le hizo sentar a la derecha del Asiento Peligroso. Fue la única vez que habló en la corte.

Al cabo de un tiempo, en el día de Pentecostés, mientras el rey Arturo y todos los caballeros de la Mesa Redonda estaban reunidos en la sala del palacio de Camelot, cerradas las puertas y las ventanas, he aquí que aparece un anciano con vestidura blanca y acompañado por un caballero con armas de color de fuego pero sin escudo. Al rey presenta a Galaad, el verdadero caballero, el deseado, el prometido, nacido del alto linaje del rey Salomón y de José de Arimatea (12).

Enseguida, después de un trueno y de un rayo de luz, todos fueron iluminados por el Espíritu Santo, al tiempo que se quedaban mudos; después de aparecer el Santo Grial velado, cada cual recibió el alimento que deseaba; luego, todos recuperaron el uso de la palabra y dieron gracias a Dios (13). Entonces, los compañeros del Grial se separaron y, tras Monseñor Gawain, prometieron partir en búsqueda de la verdad del precioso vaso y sólo volver después de descubrirla, salvo si no les era dado conocerla.

Por otra parte, el relato ya no habla más que de Galaad, Perceval, Bohor y Lanzarote, y de la manera en que el primero termina la búsqueda; pues a los demás ya no les ocurre nada que merezca ser mencionado.

Galaad encuentra un caballero blanco que le entrega un escudo blanco con una cruz bermeja (14). Dicho escudo perteneció al rey Mordrain quien fue herido por un ángel de Dios por haber querido conocer indignamente la verdad del Santo Grial en tiempo de José de Arimatea; entonces, éste trazó con su sangre una cruz sobre el escudo que estaba exclusivamente reservado para Galaad, quien curaría al rey Mordrain, llamado Mehaigné, es decir: herido.

Se dice que, en posesión de su escudo, Galaad estaba revestido de tal fuerza que nada se le podía resistir; a su paso, lo rompía todo estrepitosamente cual rayo, y nunca se le ve cansado sea cual sea el trabajo de caballería.

Acompañado por Perceval y Bohor así como por la doncella-que-nunca-mintió, Galaad visita la nave incorruptible de Salomón, allí encuentra la espada maravillosa y la toma con facilidad. Luego, la doncella-que-nunca-mintió, cumpliendo con la predicción de Salomón, cambia las ataduras de cáñamo por ataduras hechas con sus propios cabellos y ciñe la espada a Galaad. Poco tiempo después, expira dando su sangre para curar a una leprosa y, cumpliendo su deseo, sus compañeros depositan su cuerpo en una navecilla sin velas ni remos que entregan a la mar.

Esta misma navecilla es la que Lanzarote encuentra poco después y en la cual navega mucho tiempo; el poeta afirma que vivió en ella al igual que los Israelitas en el desierto, es decir, abrevado en el manantial que surge de la roca (15).

En cuanto a Galaad, después de haber cabalgado durante un año, con sus dos compañeros alcanza el Castillo Aventurado, donde un Hombre, Cristo en persona, sale del Santo Grial y le invita a sentarse a su mesa, habiendo abandonado la sala todos los demás caballeros. A continuación, los tres reciben a su Salvador y el Hombre intima a Galaad curar a Mordrain, el rey Mehaigné, ungiéndolo con la sangre que mana de la lanza de la Pasión. Y el rey Mordrain, liberado y curado, al instante expira en los brazos de Galaad.

Entonces, los tres caballeros penetran nuevamente en la nave de Salomón y, al dormirse Galaad sobre el lecho de los tres husos, tal como le había sido ordenado, la nave pronto se encuentra ante la ciudad de Sarras donde se erige el Palacio Espiritual, en el cual Josefo antaño había sido consagrado como obispo. Nada más entrar en la ciudad, Galaad cura a un enfermo inválido; luego de ser proclamado rey y convertido en custodio del Grial, queda admitido para la contemplación del contenido del Santo Vaso: el principio, la causa y el fin de las cosas. Galaad expira y es arrebatado al cielo.

El romance de la muerte del rey Arturo que termina el ciclo del Grial nos relata, al final, la manera en que el hada Morgana desvela los amores de Lanzarote y la reina Ginebra, la sangrienta lucha que esto provoca, la traición de Mordret, hijo de Arturo, y la batalla de Salisbury donde los últimos caballeros son diezmados; Mordret es matado por su padre y Arturo herido por su hijo. Pero, aún moribundo, el rey sigue siendo tan fuerte que, al abrazar a un caballero para despedirse de él, lo mata.

Entonces, el rey, acompañado por un solo y último caballero, Giflet, hijo de Do, luego de ordenar que su buena espada Escalibur sea tirada a un lago -donde una misteriosa mano la recibe, pues nadie salvo Lanzarote es digno de llevarla después de él- se dirige hacia la orilla del mar. Allí, después de una curiosa lluvia, Giflet ve acercarse una nave llena de amables Damas entre las que está el hada Morgana, y el rey embarca completamente armado, la nave huye ligera como un pájaro.


Se dice que se fue directamente hacia la Isla de Avalón (16) donde el rey Arturo sigue viviendo, reclinado sobre un lecho de oro.

«Y así se cumple la palabra del profeta Merlín quien había predicho que su fin sería dudoso».

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(1) Los bardos eran los poetas inspirados o profetas de la antigua tradición celta. Junto con Merlín, los más célebres príncipes de los Bardos fueron Talesiano y Aneurín. Si el nacimiento de Merlín es extraño, el de Talesiano tampoco deja de serlo. En efecto, se cuenta que Elfin, hijo del jefe bretón Urien, era un pobre inocente a quien nada salía bien. Pero, un día, descubrió una cuna de mimbre arrojada a la orilla del mar. Dentro de la cuna dormía un niño pequeño, bello como el día, que fue llamado Talesiano, según la exclamación de Elfin, lo que en lengua bretona, significa: «¡Qué radiante frente!». Al igual que Merlín,el niño se puso a hablar de forma sorprendente: «Aunque esté así tumbado sin fuerza dentro de mí cuna, mi lengua posee una virtud; mientras yo te proteja nada tendrás que temer. Toda la ciencia del mundo mora en mi seno, sé todo lo que ha sido, todo lo que acontecerá». (Leyenda popular anotada por un sacerdote galés: Tomás Ab Einon).

Para afirmar la unidad de la función profética, Aneurín decía: «Yo, Aneurín, sé todo lo que sabe Talesiano».

En lengua bretona estos «inspirados» se llaman awennez. Un historiador galés del siglo XII dice: «Existe cierta gente llamada awennizion; parecen ser el instrumento de un espíritu; cuando se les consulta acerca de algo oscuro, se les puede ver estremecerse de repente bajo el soplo del espíritu, quedan como arrebatados fuera de sí mismos y como en éxtasis… Durante sus vaticinios, invocan al Dios viviente y a la Santa Trinidad, a fin de que los pecados del mundo no les impidan descubrir la verdad… Luego, se dice que así fue como antaño Merlín dio sus oráculos, cuando la monarquía bretona seguía en pie» (Gyraldus Cambrensis. Edit. de Camden).

Así, pues, la historia narra que, a su nacimiento, «Merlín era tan peludo que las mujeres se asustaron mucho al verlo». Esto nos recuerda a Esaú (hermano de Jacob) quien también era peludo, para señalarnos según la enseñanza de los cabalistas, el Sentido y la Palabra heredados del Padre Adán, aunque desviados y corrompidos a causa de la caídas en el mundo del exilio. Tenía «la ciencia de las cosas hechas, dichas y pasadas»: es decir que conservaba el recuerdo de su Patria de origen.

Pero también poseía «gracias a su madre, que era santa y pura, el conocimiento de las cosas por venir»: es una manera de expresar la unión del Arriba y del Abajo, de la Mujer celeste y del Hombre terrestre.

«Fue educado por su madre hasta la edad de siete años»: Siete es el tiempo de la Creación, de la Restauración, de la Reunificación.

Recomendamos la lectura del artículo de EH. sobre Riquete del Copete y la princesa, cuya historia parece del todo comparable a la de Merlín y Viviana. El lector encontrará allí todas las aclaraciones que pueda desear.

(2) Uter Pendragon o Pen-Drag significa Cabeza de Dragón. Además, sabemos que la bandera del rey Arturo (y también la de la nación bretona) era un dragón de oro o un león alado (ver Isaías XIV, 29-30). «En las tradiciones muy alejadas de la nuestra, el Dragón está claramente relacionado con el emperador; así es en la tradición china donde el emperador es Wang, o sea, «Rey-pontífice». En las tradiciones austroasiáticas o indonesias, el fundador mítico de la dinastía es llamado Rey-Dragón, al igual que Utur o Uter, padre de Arturo, es la Cabeza de Dragón.

(3) El bosque: hay que subrayar la importancia de este símbolo. En el bosque de este mundo oscurecido, habitado por las fieras, es donde el hombre se pierde. Recordemos los cuentos de nuestra infancia: Caperucita Roja y Pulgarcito, por ejemplo. Allí uno puede errar mucho tiempo y, finalmente, encontrarse con el Lobo Feroz.

En el primer verso de su Divina Comedia, Dante dice: «En medio del camino de nuestra vida, me encontré en un bosque oscuro, pues había perdido la vía recta… y he aquí que, casi al inicio de la subida, «una loba» ligera y muy ágil… y no se apartaba de ante mi rostro, sino que «me cortaba tanto el camino» que, repetidas veces, me giré para volver sobre mis pasos… y (esto) me causó tal abatimiento por el terror que el verla me inspiraba, que perdí toda esperanza de alcanzar la altura…, así me hizo sentir la bestia enemiga de la paz, que viniendo a mi encuentro, poco a poco me volvía a empujar hacia donde el sol calla.

Mientras me derrumbaba en este abismo, ante mis ojos apareció alguien cuya voz parecía debilitada por un largo silencio». Dante reconoce a Virgilio, el príncipe de los poetas y exclama: «Eres mi maestro y mi autoridad…, mira la bestia que me obligó a volver sobre mis pasos; defiéndeme de ella, ilustre sabio, pues me hace temblar las venas y las arterias.

-Debes tomar otro camino, me contestó, cuando vio que lloraba, si quieres escapar de este lugar salvaje, pues esta bestia que hace que grites, no deja pasar a ningún hombre por su camino, es más, le crea tantos obstáculos que lo mata (Vers.1 a 94)… Por lo tanto, pienso y opino que lo mejor para ti es seguirme y seré tu guía, y te arrancaré de aquí a través de los lugares eternos… Entonces se puso en camino y seguí sus pasos» (Vers.112 a 136).

Por lo tanto, Virgilio es el Maestro, el Guía que algunas veces se aparece en el Bosque a quienes le buscan, como Merlín, el profeta, al rey Uter Pandragón. Más adelante vemos que también es en el bosque donde Merlín encuentra a Viviana, su bienamada.

(4) En efecto, Merlín cambiaba de aspecto a su antojo, a veces aparecía en forma de miserable pastor, otras en la de un joven y bello músico y hasta en la de un ciervo.

(5) Merlín no permite que se elija otro rey que «el designado por Dios», así, es el joven Arturo…: Dios, y no los hombres, es quien designa al rey. La realeza de Arturo es teocrática, es decir que el poder proviene de Dios, tal como el de Salomón y el de los reyes de Israel.

P. Ponsoye, en su obra ya citada (pag. 174), dice. «Hay que recordar que la idea imperial fue una de las mayores dominantes del pensamiento y de la fe medievales, participando inmediatamente de la finalidad del Reino de Dios». Junto con el Sacerdocio, el Imperio constituía uno de los dos aspectos del poder conferido por el Rey del Cielo y que, en realidad, no son más que uno. De hecho, Merlín, el profeta, no se distingue en esencia del emperador Arturo; están unidos y cada uno personifica uno de los dos aspectos del mismo poder divino. Esta idea imperial está históricamente religada con la herencia de los primeros emperadores romanos, pero se debe buscar su origen mucho más lejos, en la tradición abrahámica, en cuyo manantial encontramos al Sacerdote-Rey Melquisedec, Rey de Justicia y Paz. Así es el «Santo Imperio» de Arturo, el Imperio del Grial, del cual el Santo Imperio de la Edad Media (el de Carlomagno, Federico Barbarroja o Federico II) tan sólo fue una figura inadecuada y, en último término, una esperanza defraudada.

Artus o Arturo procede de la palabra bretona Arzhur, y ésta del céltico Artôris: «cazador de osos» (art , «oso»). Por otro lado, en antiguo céltico existe la palabra Arta, «piedra» (en irlandés: art) que se puede relacionar con Arturo (revista Ogam, nº 7).

Se dice que ha sido arrebatado al cielo y reside en la constelación que lleva su nombre: el Carro de Arturo: la Osa Mayor, el Norte, la Estrella Polar, el centro de orientación.

La Mesa Redonda de Arturo, instituida según las directrices de Merlín y donde se sentaban sus doce caballeros, recuerda los doce soles de la corona zodiacal, – «La Mesa Redonda que gira como el mundo», precisa el autor del cuento- y cuya corona imperial es el signo aquí abajo.

La corona sobre la cabeza representa la Realización de la unción imperial, es decir, del Oro celeste vuelto palpable.

Por lo tanto, se puede decir que el Misterio imperial, en su sentido fundamental, no es sino el Misterio crístico.

(6) La espada de Arturo se llama Escalibur, lo que parece significar, según el autor del cuento: corta hierro y acero.

Escalibur es el instrumento de su conquista del Imperio del mundo, que Dios le ha dado directamente. Por este motivo, no puede ser confiada a nadie y, justo antes de desaparecer, Arturo la tira a un lago donde una misteriosa mano la recibe. La espada, cuya función es precisamente cortar y separar, representa el Don de Dios, que «separa el grano de la cizaña», la vida de la muerte, para rehacer el Reino de Dios..

(7) El Evangelio menciona con mucha discreción (Jn.XIX,38) a José de Arimatea quien, como Nicodemo y Zaqueo, era uno de los discípulos secretos de Jesús. Puede parecer extraño que José de Arimatea haya sido elegido para transmitir el Misterio del Grial, antes que Pedro, Santiago o Juan.

En principio, parece ser que los discípulos conocidos de Jesús tuvieron como misión transmitir su doctrina pública, es decir, formar su Iglesia; mientras quedaba reservada a sus discípulos secretos su enseñanza oculta, es decir, su Escuela. «La revelación de la salvación de Dios comporta una Iglesia para perpetuarla y una Escuela para enseñarla; y una no puede ir sin la otra, so pena de la desaparición final de ambas – «Las escuelas religiosas y las escuelas iniciáticas no deben limitar su enseñanza a la búsqueda espiritual; deben conservar el último peldaño que es la búsqueda (en francés: la quête) substancial, olvidada por todos» (L. Cattiaux. El Mensaje Reencontrado, XXVIII -43 y XXXII -45’).

Sin embargo , dicha enseñanza oculta se perdió muy pronto (probablemente hacia el siglo III) en el seno mismo de la Iglesia constituida. No obstante, se encuentran las huellas de este esoterismo cristiano durante toda la Edad Media y hasta en el siglo XVIII; por ejemplo, en las Hermandades de Constructores, en la Orden del Temple y en asociaciones tales como la Fede Santa, la de los Fideli d´Amore y la Massenie du St. Graal.

René Guénon (escribe que: «La asociación de la Fede Santa«(Santa Fe), de la que Dante parece haber sido uno de los jefes, era una Tercera Orden de filiación templaria… Esoterismo de Dante, Ed. Traditionnelles pp. 9 y 32.

Por esto, podemos ver que, no sin motivos, Dante toma por guía para el final de su viaje celeste a San Bernardo, quien estableció la Regla de la Orden del Temple; y así, parece haber querido indicar que, sólo mediante él y en las condiciones propias de su época, era posible acceder al supremo grado de la jerarquía espiritual.

Algunos cabalistas cristianos del Renacimiento también transmitieron esta enseñanza secreta, al igual que los Hermanos de la Rosacruz; y además debemos mencionar a toda la filiación de hermetistas cristianos.

Así, comprendemos porque el Misterio del Santo Grial está religado con José de Arimatea, uno de los discípulos secretos, herederos del Conocimiento, de aquella Gnosis enseñada y transmitida por el Maestro de Nazaret.

(8) El Rico Pescador: el que ha pescado Ictus, palabra que en griego significa «pez».

Recordemos que el pez era la contraseña de los primeros cristianos de las catacumbas. Esta palabra griega, con sus cinco letras, proporcionaba las iniciales de las cinco palabras siguientes: Iesus Cristos Teu Uios Soter, es decir: «Jesucristo, de Dios Hijo, Salvador». Algunos de los primeros discípulos eran pescadores (Ver: Mat. IV,18 a 22, Jn. XXI 1 a 14 ) podríamos decir, pobres pescadores, pues sólo se vuelve «rico» el que tiene la fortuna de pescar aquel Misterioso Pez.

En arameo, la palabra nun significa «pez». Por esto, los cabalistas dicen: cuando la «nun baja», esto es, en hebreo, Iarad nun o Iarden: el río Jordán que fluye, el Agua de la Bendición o Bautizo.

Tal es el secreto del Rico Pescador. sabemos que Juan Bautista bautizaba en el río Jordán, allí donde la «Nun baja».

(9) La transmisión de dicha Gnosis no se interrumpe con el rey Pelles, último descendiente de José, sino que, al contrario se perpetua, hasta cuando aparece el Cuento del Grial, en Galaad, quién será el próximo custodio del Grial. Observemos que dicha filiación de los Conocedores del Santo Grial se remonta simbólicamente, según el autor de la leyenda, al rey Salomón, Constructor del Templo. No hay que olvidar que, en caso de interrumpirse la transmisión de dicha Gnosis, la Tradición se esteriliza en la letra y en los ritos que, poco a poco, acaban sustituyendo inevitablemente a la Realidad que representan, por culpa de la ignorancia de los que la enseñan.

La proeza de Galaad es idéntica a la de Josué, hijo de Nun, servidor y sucesor de Moisés. Josué I, 10: «Josué dio esta orden a los oficiales del pueblo: Recorred el campamento y dad esta orden: Preparaos comida, porque dentro de tres días pasaréis el Jordán para entrar a poseer la tierra que el Señor vuestro Dios os da en posesión». Por lo tanto, lo que realizó Galaad, después de pasar el Jordán, es la conquista de la Tierra Prometida.

(10) Viviana: su nombre no deja lugar a duda en cuanto a su naturaleza. Es la Vida celeste, el Alma del mundo que busca siempre fijarse, con la condición de encontrar un Amante que sepa atraparla.

(11) Comparar con la historia de «Riquete del Copete», comentada por EH. en este mismo número de la revista.

(12) Este alto linaje es el de el Rey David que se remonta a Abraham (Ver: Mat. I,1-16). No se trata de un linaje carnal sino del linaje Mesiánico, el de los Sabios Conocedores y Poseedores del misterio de la Regeneración del hombre y de toda la creación caídos.

(13) Alude a la experiencia vivida por los Apóstoles en el día de Pentecostés (Actos II, 1-4).

(14) También era el escudo de los Templarios.

(15) Alude a Pablo, 1ª Epístola a los Corintios, X,1-5: «Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres… comieron el mismo alimento espiritual y bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los acompañaba, y esta roca era Cristo…».

Lanzarote vivió la misma experiencia que los Israelitas en el desierto, bajo el mando de Moisés y, por lo tanto, conoció el Misterio mesiánico que nos narran los Evangelios.

(16) La Isla de Avalón: la palabra procede de la forma galesa: Ynys Afallach, Isla de los Manzanos. Es el Tir-nam-mbeo de los irlandeses, o país de los seres eternamente vivos o eternamente jóvenes (Revista Ogam nº 9 y 10, Le Bulletin des amis de la Tradition celtique, Rennes). Sigue tratándose de la Tierra Prometida o Tierra de los Vivos .