GRANDES
TEMAS DE«EL
MENSAJE REENCONTRADO»
Artículo
aparecido en LA PUERTA. SOBRE ESOTERISMO CRISTIANO
Carlos del Tilo
En
este artículo el autor, después de presentar a Cattiaux y su
obra, recoge fragmentos de El Mensaje Reencontrado ordenados
por los siguientes temas fundamentales:
Índice
Estructura del libro
Las dos plegarias triangulares
Las dos columnas
La caída, el exilio y la redención
La ciencia de los hombres
La ciencia de Dios
La fe
La búsqueda
La buena voluntad en Dios
La plegaria
Los libros santos y sabios
La muerte
La bendición
La gracia y el amor
El santo y el sabio
La realización espiritual y la
realización corporal
La pureza
La luz
El oro
La naturaleza
La Madre
El Nombre de Dios
El conocimiento
Los dos alimentos
El fruto
La salvación
La actualidad de la salvación
La Piedra
El Libro se ofrece a los
pueblos negros
¿Quién ha escrito el Libro?
Dios
Louis Cattiaux, un genio
ignorado
Louis Cattiaux, poeta y pintor,
ciertamente no era un hombre ordinario. Hace ya 34 (en 1990)
años que desapareció, pero siempre permanecerá inolvidable
para aquellos con quiénes intimó.
Desconcertante, de reacciones
imprevisibles guiadas por una lógica particular que cogía a sus
visitantes de imprevisto; le gustaba chocar a la gente e incluso
escandalizar, pero siempre con humor.
Era uno de esos hombres sin
complejos, perfectamente libre en el mundo, que vivía
intensamente el presente, al igual que un niño alegre y sin
malicia.
Con frecuencia charlatán y
payaso, se negaba a tomarse el mundo en serio, no menos que a sí
mismo; nunca magistral, si enseñaba, lo hacía a la manera de un
bufón, que posee el arte de decir a aquellos que quieren oír,
haciendo reír a los demás y sin que puedan ofenderse.
"Nos llamaremos incapaces,
inútiles y estúpidos cuando reposemos en la contemplación del
Unico; o bien, nos llamaremos charlatanes, histriones y payasos
cuando enseñemos su santa ley en el mundo" - "No nos
corresponde tomarnos ni exigir que los demás nos tomen en serio.
Esto corresponde a Dios, quien es el único que ve claramente lo
de dentro de las criaturas" (El Mensaje Reencontrado
XX, 66-66').
"Hemos tomado el hábito del
charlatán, pues el desprecio desinteresado del mundo es menos
duro de soportar que su admiración interesada" - "El
Libro es como el arca que lleva y transmite el secreto del Unico.
Muchos lo llevarán, pero pocos lo penetrarán" (XXIII,
61-61').
"Has perdido tu vida, decían
mirando mis manos vacías y nadie oía al Dios que cantaba en mi
corazón" (L.Cattiaux Poemas Zen). Ciertamente,
este Cattiaux, el verdadero, no era accesible de buenas a
primeras; era imposible acercarse a él sino a través del
Mensaje Reencontrado, la obra que tardó los 14 últimos años de
su vida en escribir, o, mejor dicho, la obra de toda su vida.
Trabajó durante 6 años para
escribir los 12 primeros capítulos (unas 100 páginas), editados
en 1946; los versículos que aparecen en éstos están como
concentrados al extremo, cada palabra ha sido pesada con cuidado,
al igual que una quintaesencia destilada pacientemente gota a
gota, purificada a la perfección. El artista se ejercitó mucho
hasta dominar su arte, que posee entonces perfectamente, pues a
partir de esta época, los versículos parecen llegar a un ritmo
siempre más rápido.
Tres años más tarde, en 1949,
ya escribía : "Diez años han sido necesarios para
escribir el Libro, así pues, ¿quién se negaría a leerlo
durante el mismo tiempo antes de formular preguntas inútiles?
(XVIII, 45).
Escribía día tras día,
versículo tras versículo como guiado, poseído por un dios
secreto, no escuchando más que a éste, sin distracción en el
tumulto de la gran ciudad. Los versículos surgían en cualquier
momento del día, transcritos inmediatamente en el primer trozo
de papel que encontraba. Era como el choque de los múltiples
acontecimientos de la vida cotidiana con alguna misteriosa
realidad secreta que era el único en contemplar. Nada hay aquí
de especulativo ni abstracto sino realmente una experiencia
encarnada.
Bastaba con saber escucharle.
Ahora el hombre ha desaparecido
pero nos queda su Mensaje. ¿Realmente hay aquí un Mensaje
Reencontrado o, más exactamente, El Mensaje Reencontrado?
Muchos son los que lo han
hojeado distraídamente; sin duda alguna ignoraban que existe un
Mensaje olvidado, del mismo modo que hay una Palabra perdida.
Algunos, sin embargo, atraídos
por un cierto Perfume de Verdad, se tomaron el tiempo necesario
para leerlo y meditarlo. Estos pueden afirmar que "el
Mensaje" ha sido realmente reencontrado.
Sin duda alguna, no es nuevo y
es lo que paradójicamente constituye su
"originalidad"; esto, por cierto, parece no habérsele
escapado a René Guénon.
No es nuevo, decimos, en el
sentido de que es auténtico, procedente siempre del Origen y por
lo tanto idéntico a través de la gran cadena de los Maestros
del Saber.
Si dudáis de lo que afirmamos
aquí, tomaos pues la molestia de examinar este Mensaje renovado,
si tenéis paciencia para ello y, dejando a un lado vuestros
prejuicios, os daréis cuenta de que, en un lenguaje actual, lo
que se expresa aquí es el eterno Mensaje profético de los
Sabios de la humanidad.
Sigamos, pues, sus huellas en
el Conocimiento del antiguo Egipto y en el de los Padres del
Taoísmo, en la Sabiduría de la Cábala hebraica, en los
misterios de la antigua Grecia, en la Gnosis del Hermetismo
cristiano y en la del Islam, en los Arcanos de la Gran Obra de
los Filósofos...
"Aquí hay más que una moral
y que una ascesis, más que una filosofía y que una mística.
Hay la llave de la restitución del hombre y del mundo en
Dios" (IX, 36').
El Espíritu de Elías no se
inventa.
Ciertamente los escritos de los
Sabios son necesarios y debemos leerlos y meditarlos creyendo en
sus testimonios. Pero
¿qué es la Tradición escrita
sin la actualización de la Tradición oral, la única que nos
puede devolver su SENTIDO? Sin ésta última, podemos hablar y
escribir sobre ella con más o menos acierto, pero nuestras
especulaciones inteligentes chocan siempre contra la superficie
de las palabras, puesto que no sabemos de QUÉ se trata en
realidad.
"Este libro no es para todos,
sino sólo para quiénes les es dado creer lo increíble"
(pág. 9).
"No es la obra lo que cuenta,
ni el obrero, sino la cosa de que hablan la obra y el
obrero" (XXIII, 58').
"Si habéis encontrado la
unidad del Unico, romped las páginas del Libro y dejadlas volar
al viento tarareando una alegre canción." - "Si no, no
os separéis de ellas ni de día ni de noche hasta que penetren
vuestro entendimiento y hasta que os conduzcan al barro que no
moja ni mancha nada" (XXIII, 57-57').
¡Qué lástima para nosotros,
hombres de este fin del siglo XX, si este Mensaje, dicho de
nuevo, no fuera oído!
¡Qué mala suerte para todos
los ausentes, los adormecidos,
los distraídos, los
insensibles, los razonables, los provistos, los mediocres!
¿Acaso también vamos a
quedarnos cortos de aceite para nuestras lámparas, como les
ocurrió a las vírgenes necias?
Estructura del libro
"El camino de
liberación es visible por
todas partes en este
mundo.
"¡Oh, lluvia
fecundante".
(IV, 67')
El Mensaje Reencontrado se
presenta en forma de sentencias o versículos dispuestos en dos
columnas y divididos en 40 libros o capítulos.
Cada uno de estos libros está
precedido de dos epígrafes y termina con dos hipógrafes
extraídos de las Escrituras santas de todas las naciones.
"Hablamos un lenguaje nuevo
pero volvemos a decir la única revelación antigua, ya que nadie
inventa en el ARTE de Dios" (XXXIII, 42).
"Las Santas Escrituras están
completas desde su comienzo, y cada nuevo Libro revelado no hace
más que confirmarlas sin añadir ni suprimir nada al misterio
del espíritu encarnado, que constituye su fundamento
sagrado" (XX, 2).
"No disputemos a causa de
ninguna religión ni de ninguna doctrina. Estudiemos asiduamente
todas las Escrituras santas..." (XVI, 44').
"Ninguna palabra de Escritura
santa contradice de hecho la palabra de otra Escritura santa.
Así, Dios aparece múltiple en personas, pero, sin embargo, es
único en acto y en reposo, siendo el Ser por excelencia, es
decir, el Primero y el Ultimo en todo" "Debemos, por lo
tanto, conocer todas las Escrituras y estudiarlas hasta que
hayamos descubierto la identidad primera y última de la palabra
inspirada. 'Pensar en Dios y meditar sobre su creación es rezar
y alabar a Dios" (XV, 50-50').
He aquí afirmada, sin
equívoco, la universalidad de una única e idéntica revelación
desde el comienzo, a través de todos los Libros santos. El
fanatismo no puede nacer aquí, ni el sectarismo encontrar su
sitio, ya que "los que aman la antigua revelación
también amarán la nueva. Los que entienden la nueva revelación
también entenderán la antigua" (XXXX, 15-15').
Las dos plegarias
triangulares
Todo debe empezar con la
apertura del libro. Es la entrada obligada. "Su gracia
descendente y su amor ascendente" (XXXIII, 17'). Sin
ellos no hay comprensión posible de los libros santos. Una es
"la Santa Madre ligera como el aire y cambiante como el
agua", el otro es "el Padre sagrado pesado como
la tierra e inmutable como el fuego. La unión de los cuatro
engendra el triple Hijo quien manifiesta la creación prodigiosa
del Unico" (VIII, 38).
Esta corriente descendente y
ascendente es como la Escalera o la cadena de oro que reúne el
cielo y la tierra. Cuando el triángulo del Fuego y el del Agua
se unen, forman la Estrella de seis puntas. A aquel que, como a
Jacob, le es dado contemplarla, ya no necesita libros, ni
instructor puesto que la Parusía, que significa Presencia, le
habita, y es Ella quien le guía y le instruye.
"Hacemos observar que todos
los comentarios de las palabras inscritas en el Libro son
incompletos, pues los reflejos de la cosa no son la cosa
misma" (XXIV, 46').
De hecho, este libro no
requiere comentarios, puesto que todo el que se tome el tiempo de
meditarlo, se dará cuenta poco a poco que los versículos se
explican y se aclaran los unos a los otros. Nuestras
explicaciones son forzosamente incompletas e imperfectas, puesto
que sólo podrá comentar válidamente la obra aquel que ha
vivido la misma experiencia posesiva que su autor.
No se trata aquí de palabras
ni de especulaciones inteligentes, sino más bien de inteligencia
del corazón y en definitiva, de "conocimiento", en su
sentido etimológico de "nacer por medio de" (cum
nascor).
"Cada cual rehace su pequeña
experiencia de ciego y cada cual propone su pequeño sistema de
agonizante, sin percatarse de la inmensidad de la creación de
Dios y sin sospechar la presencia de la doctrina unitiva de los
maestros". - "No nos rompamos la cabeza con el Libro,
sino más bien el corazón, para que nuestra alma preciosa
germine y fructifique ante Dios en el secreto del comienzo y del
fin de todas las cosas" (XVII, 53-53').
Las dos columnas
La composición del libro en
dos columnas es desconcertante. ¿Cómo se debe leer? Estas dos
columnas simbólicas no pueden separarse, hay que leerlas, pues,
horizontalmente, es decir : versículo 1, versículo 1';
versículo 2, versículo 2', etc...
Y ¿por qué no se debe separar
el lado izquierdo del lado derecho? Significaría mantener el
cielo separado de la tierra. Esta enseñanza es antigua como la
Tradición misma. Recordemos las dos columnas del Templo y las
del Arbol Sefirótico.
"Buscamos las dos columnas
del Templo y las tenemos ante nuestros ojos y bajo nuestras
manos, pero nuestros corazones están obscurecidos por el pecado
de la caída y la verdad de Dios se ha retirado en el pozo del
abismo" (XXI, 19).
Según el autor (remitirse a la
"presentación al lector"), la columna de la izquierda
representa el sentido terrestre y la de la derecha, el celeste.
Una es, pues, terrestre y la tenemos "bajo nuestras
manos", la otra es celeste y la tenemos "bajo nuestros
ojos". Pero resulta que la tierra se ha separado del cielo
por el efecto de la caída original y el hombre está separado de
Dios; sus sentidos se han vuelto groseros y la verdad adámica se
ha retirado en un pozo sin fondo. Se trata del pozo de Jacob o el
de la Samaritana, tapado por una piedra pesada que sólo el
Servidor de Dios es capaz de sacar. Entonces la columna del cielo
se junta de nuevo con la de la tierra formando una única columna
representada por el versículo del medio.
"Los que ignoran al servidor
de Dios, los que le olvidan y los que reniegan de él son
excluidos del consejo de Dios y de su salvación". -
"Estos caen en el abismo, pues cortan estúpidamente el
vínculo que les une al cielo de eternidad" (XXVII, 13-13').
La Caída, el Exilio y la
Redención
"El mundo actual no es real
ni irreal, ni bueno ni malo. Está formado por una porción de la
luz divina fraccionada al infinito en las tinieblas del no
ser".
"He aquí la caída de
Lucifer y el exilio de Adán".
"El retorno a Dios es como la
separación dentro de las tinieblas y la reunión con la luz
primordial".
"He aquí la redención de
Adán" (IX, 5 a 8).
"El conocimiento del bien y
del mal provocó la caída del primer dios creado". -
"Prisionero de la muerte sólo puede ser liberado por su
parte que ha permanecido pura y libre en Dios" (IV, 6-7).
"La mezcla general ha sido
producida por la interrupción ínfima de la contemplación del
hombre por Dios, que quiso conocer la Nada y el Todo comiendo el
fruto mezclado de muerte". - "Así nació el ser medio
por la caída de una parcela del ser luminoso en el no ser
tenebroso". - "La separación y la reunión se
realizarán por la reagrupación de las partes vivas y por el
rechazo de la porción muerta. La realización y el
perfeccionamiento se operarán por la concentración de la luz y
por las bodas últimas del cielo y la tierra" (IV, 25 a 27).
"La luz primera fue sacada
del caos por Dios y quintaesenciada en Adán. Este no hizo más
que volver a mezclar esta luz sublime con las tinieblas
exteriores del no ser; por curiosidad, presunción, vanidad y
desobediencia". - "El nuevo Adán, verdadero hijo de
Dios que vino, viene y vendrá, separa la luz de las tinieblas
por humildad, amor y obediencia a la ley del Unico". -
"La primera rebelión exilió el hombre en la tierra
extranjera. La segunda le conduce a organizarse confortablemente
en ella. La tercera le hace renunciar a este mundo y lo reconduce
hacia Dios" (XII, 33 a 35).
Tales son la Caída, el Exilio
y la Redención.
La ciencia de los hombres
Así, el exilio del hombre es
el resultado de la mezcla de la sustancia pura luminosa con la
mugre tenebrosa exterior, y toda la naturaleza, es decir los tres
reinos, fue infectada junto con él. Por ello las ciencias
humanas, que por naturaleza tratan de esta mezcla, permanecen
siempre imperfectas.
"La vida y la muerte están
inextricablemente mezcladas en el mundo caído y nuestras
ciencias profanas son impotentes para separarlas y para exaltar
la vida pura hasta el reposo de Dios" (XXVI, 79).
"La ciencia de los hombres
organiza la fosa de la muerte, pero la ciencia de Dios nos libera
de ella para siempre" (XX, 11').
"Todos los sabios del mundo
juzgan estúpidamente la obra de Dios, porque sólo consideran la
obra y no al obrero" (II, 26).
"Su ciencia ha nacido de las
interpretaciones siniestra de la ciencia de los antiguos
sabios" (II, 33).
"Siniestro" significa
izquierda; son las interpretaciones que proceden de la columna de
la izquierda, separada de la de la derecha, es decir, una
comprensión de la enseñanza de los antiguos sabios limitada al
sentido carnal o vulgar.
La ciencia de Dios
¿Quién cree todavía en la
existencia de una ciencia divina? Y sin embargo sólo ella es
capaz de aportar un remedio al mal que nos habita en este mundo
de aquí abajo.
"Ya no hay candidatos a la
ciencia de Dios porque ya no hay creyentes en la Omnipotencia de
Dios. Por esto, los iniciados de Dios se han vuelto
imperceptibles en el mundo, y sus adeptos han desaparecido por
completo" (XVI, 12').
"Ni los creyentes ni los
ateos sospechan que existe la ciencia de Dios oculta tras los
símbolos, los escritos y las figuras de las religiones
reveladas. Los que creen en ella intentan apropiársela por la
astucia y la violencia. Algunos la piden a Dios en su corazón y
apenas uno o dos la obtienen en el siglo" (XXIV, 33).
"Nuestra llana razón nos
priva de la evidencia de la ciencia divina" (V, 50).
"Siempre hay que lavar para
separar la almendra de la mugre que la rodea, y es un gran
secreto que la naturaleza pone diariamente en evidencia ante
todos. Sin embargo, hace falta la inspiración de Dios para
comprender la evidencia de la ciencia divina" (XVI, 62').
"La ciencia de Dios
perfecciona a los seres y a las cosas y conduce a la libertad en
la vida olorosa" (XXIII, 65').
"El ignorante oprime la vida
y construye en la muerte. El Sabio separa la muerte y perfecciona
la vida". - " Más vale procurar salir de nuestra
prisión más que intentar arreglarla e instalarnos en ella"
(X, 2-2').
"La verdadera posesión es la
ciencia de Dios experimentada en el secreto del corazón. La
posesión ilusoria es la ciencia de los hombres practicada en el
mundo". - "El ignorante hable de suprimir el mal, el
Sabio se limita a separarlo y rechazarlo a fin de glorificar el
bien sin trabas" (VIII, 18-18').
"Estudiemos los triples
misterios antiguos. Reverenciemos las doctrinas y las
fábulas sagradas. Busquemos el bien que subsiste en el mal.
Meditemos sobre las obras de los profetas y de los santos
filósofos. Comprendamos que sólo hay un Dios, una sola ciencia
y una sólo creación en todas partes y siempre". -
"Toda humedad será expulsada de la tierra, y el fuego
consumirá la mugre inmunda hasta que la sal virginal aparezca a
la cual será devuelta el agua celeste, para formar el nuevo
mundo de Dios. '¿Quién nos hará oír esta palabra del
comienzo y del fin de los tiempos? ¿Quién nos mostrará
el germen desnudo de la creación perfecta del Señor?'"
(II, 83-83').
¿Quién sino el misterioso
servidor de Dios, el Maestro de la Palabra que vuelve a religar
el vínculo entre el cielo y la tierra?
Las dos columnas del libro nos
presentarán estos triples misterios antiguos de dos formas
distintas :
"La mujer desagrega al hombre
hasta el agua del aire. El hombre consolida a la mujer hasta el
fuego de la tierra. De estos dos surge el infinito de la
creación perfecta, que manifiesta la gloria del Unico sobre la
tierra de los vivientes". - "La licuación y la
vegetación de la tierra son el primer misterio. La
solidificación y la animación del agua forman el segundo
misterio. La alianza de la primera agua con la segunda tierra
constituye el tercer misterio (III, 82-82').
"Conocer los tres fundamentos
hereditarios del hombre es poseer la ciencia. El alma que viene
de Dios, el espíritu que viene de los astros, el cuerpo que
viene de la tierra". - "Quien libera al hombre
sepultado lo recibe todo del Padre, por medio de la Madre y del
Hijo manifestados claramente. 'No predicamos el viento, ni el
humo ni la ceniza, predicamos la vida salva en alma, en espíritu
y en cuerpo resucitados'" (II, 88-88').
"¿Pensáis hacer algo bueno
sin el sol, sin la luna, sin las estrellas, sin el aire, sin el
agua y sin la tierra? Entonces, ignoráis la agricultura que es
la ciencia de Dios" (XXIII, 48).
"La salvación de Dios es la
ciencia más experimental que haya, pues es la ciencia de Dios
que ha creado el mundo y los universos que lo rodean, ¡y éste
no delira abstractamente en el vacío!" - "Volvemos a
decir la revelación enorme por ser increíble : Dios envía su
esencia santísima que se encarna en la purísima sustancia del
mundo para la salvación de toda la creación caída. Comprenda
quien pueda. Experimente quien quiera". - "Consideremos
la NAVIDAD. Penetremos la NAVIDAD. Imitemos la NAVIDAD. Adoremos
la NAVIDAD. Cantemos la NAVIDAD" (XXXVII, 53-53'-53").
"Toda la creación de Dios
puede participar en la salvación de Dios por medio de los hijos
de Dios. Así, los animales, los vegetales e incluso los
minerales pueden ser restituidos en la gloria y en la
inmortalidad del Unico; nadie debe ignorarlo ni olvidarlo"
(XXXVII, 55).
La fe
"Los incrédulos no oyen al
Señor porque no son los primeros en hablar a Dios. ¿Cómo les
abriremos el corazón y la boca si el Señor en persona no nos
ayuda? Ya que el orgullo es una coraza impenetrable bajo la cual
la vida agoniza, y nadie, salvo Dios, puede romperla desde fuera
o fundirla desde dentro" (XXI, 22).
"El creyente vuelve a su
manantial como el grano enterrado va hacia la luz y esto es un
gran ejemplo del amor celeste y de la fe terrestre" (IX,
21').
" 'No desesperar jamás de
Dios y de uno mismo', tal es la ley de la salvación. Debemos,
pues, perseverar, confiar en el Señor y actuar según su ley, ya
que el acto de fe del sembrador y el acto de amor del cielo y de
la tierra son los que nos salvan de la muerte. Pero ¿cuántos
penetrarán este misterio y cuántos lo realizarán antes de la
hora del juicio?" (XIV, 3).
"La fe ciega obtiene de Dios
lo que la razón no se atreve a concebir" (X, 5').
"La fe es como la certeza de
Dios en nosotros mismos y el conocimiento es como la prueba de su
presencia íntima" (VII, 30).
"Nuestra fe no radica en una
idea abstracta ni en un ideal inasible ni en el gran número de
fieles ni en las obras humanas ni en los bienes de este mundo, ni
en los honores religiosos o profanos ni en las ciencias de los
hombres ni en los poderes de los ascetas." - "Nuestra
fe radica en la certeza de la naturaleza divina encarnada en la
carne del mundo. Nuestra fe se nutre de la esperanza de
reencontrar esta naturaleza divina sepultada en el pecado de
muerte. Nuestra fe se anima por la efusión del Espíritu Santo
que fecunda la naturaleza divina y así nos rehace niños de
Dios, a imagen de Dios mismo" (XXXVIII, 19-19').
"Hay tres soluciones posibles
para los hombres aquí abajo : contar únicamente con uno mismo,
como hacen los ignorantes extraviados en la noche del mundo.
Contar con uno mismo y con Dios, como hacen los creyentes que han
oído hablar de la luz del comienzo. Contar sólo con Dios como
hacen los Sabios y los Santos que conocen o se acercan al origen
y al fin de todas las cosas (XII, 72' a 77').
Hay, pues, dos tipos de fes :
la fe de los creyentes y la que emana del Don de Dios. La
primera, indispensable para dar paso a la segunda, nace del
"recuerdo" del esplendor perdido por nuestros primeros
Padres; ésta es la que empuja al creyente a empezar el
Peregrinaje, es decir, la Búsqueda. La segunda es teologal, lo
que significa que es dada por Dios al final del Peregrinaje (Para
el Islam, este Don se denomina Udj : se trata de "la prueba
irrefutable" dada por Alá). Es también la fe de Abraham :
"La certeza de la Naturaleza divina encarnada en la carne
del mundo". A esta última no le queda más que esperar la
germinación; al igual que el carbonero, basta con mantener
constante el fuego de la cocción. A imagen de la fe del
sembrador que no cuenta más que sobre la acción del cielo y de
la tierra, es ciega al principio, sin embargo "sabe"
que a través del cristal del Atanor, verá "aparecer la
luz como un punto en las tinieblas y crecer hasta el día de
Dios" (XXXVII, 47').
La búsqueda
No hay Búsqueda posible de
Dios sin fe en Dios. La búsqueda consiste en el todo conjunto de
la acción de buscar y el hecho de pedir. No lo olvidemos. Una no
puede ir sin otra, ya que el cuerpo necesita el espíritu para
ser iluminado y el espíritu necesita el cuerpo para encarnarse.
"La inspiración sin la
acción es impotente y la acción sin la inspiración es ciega.
Ambas reunidas constituyen la perfección de la obra
humana." - "El Arte sin la naturaleza es impotente y la
naturaleza sin el Arte es ciega. Ambos reunidos constituyen la
perfección de la obra de Dios" (XXXVII, 41-41').
"¿Quién es Dios? ¿Quiénes
somos? He aquí la búsqueda, la sabiduría y el reposo." -
"Dios es todo, el hombre es medio, la sombra no es nada.
'Ciertamente, la muerte es lo que apesta y la vida lo que exhala
este inolvidable perfume'" (VI, 36-37).
"Retirándose de lo que es
vano se llega rápidamente a la soledad y a la libertad
necesarias para la búsqueda de Dios" (V, 70').
"Así pues, primero roguemos
a fin de que Dios allane los senderos de nuestra búsqueda y a
fin que nos descargue de las preocupaciones ajenas, volviendo
nuestra fe más fuerte que la evidencia de nuestra ciega
razón" (XXIV, 38').
"La palabra de Dios primero
humilla nuestra razón luego comunica secretamente su luz al alma
antes de iluminar el espíritu, si estamos atentos y somos
perseverantes en nuestra búsqueda santa"
(XVIII, 67').
"Algunos prosiguen en secreto
con la búsqueda de Dios, más allá de los símbolos y de las
figuras, porque tienen sed de la realidad que se ve, que se toca
y se come. ¿Quién podría reprenderlos y quién osaría
excluirlos de la Iglesia universal del Señor
sapientísimo?" (XXI, 55).
La buena voluntad en Dios
"Todo lo que es molesto y
complicado no es de Dios. Pero la buena voluntad utiliza lo mejor
posible todo lo que se presenta sin discutir ni juzgar
temerariamente la vida que todavía está velada" (X, 9').
"...La buena voluntad en Dios
utiliza lo mejor posible todo lo que se presenta, pero no desea
nada. Es como la atención muy persistente en medio de la más
perfecta quietud" (XIII, 46').
"La buena voluntad en Dios es
lo que nos salva de la muerte y la buena voluntad en nosotros
mismos es lo que nos precipita en ella. En efecto, si bien ambas
son ciegas, la primera, sin embargo, es guiada y se vuelve
receptiva y organizadora, mientras que la segunda es errante y se
vuelve anárquica y destructora" (XV, 8').
"La buena voluntad en Dios no
violenta nada ni siquiera a uno mismo. La buena voluntad en uno
mismo, lo violenta todo, incluso a Dios. '¿Quién desnuda la
almendra y quién hace germinar la simiente? ¿Acaso no es el
espíritu del Señor todopoderoso?'" (XVIII, 43').
"¿Quién tendría la
inteligencia de escuchar en sí mismo la voz del Altísimo y
quién tendría la sabiduría de conformarse a ella? Ese vería
que la mayor sumisión a Dios engendra la libertad perfecta en
este mundo y en el otro" (XVIII, 43).
Los musulmanes son "los
sometidos a la voluntad de Allah", por ello el Imán Alí,
yerno de Mahoma, recorría las tribus proclamando : "Haceos
musulmanes y estaréis en paz", lo cual significa
"Someteos (a la voluntad de Allah) y estaréis en paz".
"La buena voluntad en Dios
nos libra de las coacciones del mundo, ya que nos permite
entender la enseñanza del Señor y suscita la acción de su
Providencia oculta" (XIX, 30').
"...Los justos y los
conocedores están cerca de Dios, pero los caritativos y los
sencillos también lo están, y, por encima de todo, los que
tienen la buena voluntad en Dios" (XIX, 38').
La plegaria
"La plegaria vivida un minuto
vale más que la lección muerta rumiada durante toda una
vida" (V, 26).
"La plegaria y la alabanza
que suben hacia Dios recaen sobre nosotros en bendiciones
multiplicadas tales como los buenos pensamientos que enviamos a
los vivos y a los desaparecidos nos vuelven en dones
inesperados" (XIX, 36').
"La plegaria es como una
conversación secreta entre el Dios creado y el Dios increado, es
decir, como el lazo de amor que une lo finito a lo infinito y que
permite a la totalidad conocerse en Uno" (IX, 52).
"Hay una plegaria importante
y urgente que debemos repetir todos los días de nuestra vida
exiliada : 'Libéranos, Padre Todopoderoso de la mugre inmunda
que nos sumerge por todas partes a fin de que resplandezcamos de
nuevo en tu pureza, y fecundanos con tu santo a fin de que seamos
fijados en ti por la eternidad" (XX, 73").
"El fin es como el principio
pero el medio nos ilumina. 'La Plegaria. La Estrella. La Piedra'
" (I, 2').
"El final es como el
principio", ya que "Piedra" (en francés
"pierre") es el anagrama de "Plegaria" (en
francés "prière". En cuanto a la Estrella del medio,
ver las dos plegarias triangulares.
Los libros santos y sabios
"Los libros santos inspirados
son las guías de la humanidad y forman la herencia más preciosa
de los antepasados" (VI, 22).
"Confrontando las doctrinas
de todos los libros santos se puede descubrir la verdad del
Unico" (II, 82).
"Los libros santos y Sabios
son muy necesarios para conocer al Señor, pero una azada y una
regadera no son inútiles para acercarse a la santa Madre"
(XVIII, 23).
"Hay que decirlo y repetirlo
: la revelación más auténtica, la más precisa y la más
realizada del misterio de vida y de salvación de Dios se
encuentra en los libros conocidos de los profetas de Dios y los
libros desconocidos de los Sabios de Dios. ¿No es nuestra
religión un símbolo vivo oculto en todos los tiempos? ¿Es que
ya no lo vemos? ¿Es que ya no lo oímos?" (XXXVII, 48).
Citemos algunos de estos Sabios
de Dios cuyos libros son desconocidos : Morienus, Geber, R.
Llull, Nicolás Valois, Filaleteo, el Cosmopolita, Basilio
Valentin, Henri Kunrath, el Presidente d'Espagnet y tantos otros,
muchos de los cuales no juzgaron adecuado firmar sus obras.
"Los libros santos nos hablan
de la Sabiduría de dentro, conocida adentro. Los libros Sabios
nos hablan de la Sabiduría de dentro, experimentada afuera"
(XXII, 61).
Los libros santos son pues, los
que proporcionan la inteligencia del lenguaje de los libros
Sabios; éstos deben estudiarse conjuntamente. Los Sabios
filósofos herméticos a menudo se han tratado de
"envidiosos". Según Dom A.-J. Pernety en su Diccionario
Mito-Hermético, este "término debe entenderse
en el sentido de que un hombre está celoso de su secreto, lo
mantiene oculto... Pues todas sus recetas son lo que comúnmente
se llama semilla para los necios... Se debe saber además que
casi siempre no dijeron todo enseguida y que la mayoría de ellos
sólo hablan de la segunda operación".
¿Quién sera capaz de no
extraviarse en este laberinto inextricable?
"Estos acumulan los libros
raros y persiguen los conocimientos ocultos pero reniegan de Dios
y de las santas Escrituras, que son los únicos que podrían
darles la inteligencia de los textos velados y llave de los
tesoros enterrados" (XVII, 13).
La muerte
"La extrema humillación de
la muerte es la entrada obligatoria al esplendor de la vida
celeste pues la separación terrestre es el comienzo del cielo
manifestado (II, 76').
"La mortificación del cuerpo
debe preparar la purificación del espíritu y la regeneración
del alma." - "Quien se aparta del misterio de la
muerte, nunca conocerá la potencia y la gloria de Dios"
(VIII, 5-5').
"La corrupción pone toda
pureza en evidencia" (III, 15').
"He buscado la verdad hasta
en la corrupción del mundo y he separado la vida de la
muerte" (IX, 2').
"La lisa calavera de un
muerto nos refleja mejor la verdad que cualquier espejo
mágico" (IX, 12).
¡Misterioso espejo de los
Cabalistas!
"Hemos hecho hincapié en la
muerte que tiene al mundo entre sus garras ciegas, pero también
hemos puesto el dedo sobre la vida que se renueva constantemente
a través de ella." - "Hemos hecho recordar la
cerradura terrestre y la llave celeste que abren la puerta que
abre la estancia de la vida bienaventurada, donde los niños de
Dios se regocijan de la alegría del Unico esplendor por la
eternidad." - "Así, hemos perdido deliberadamente
nuestra vida en este mundo mezclado, a fin de salvarla en el
reino de Dios" (XXXVII, 26-26'-26").
Hablando de filósofos
profanos, un cabalista español del siglo XIII decía estas
palabras : "Debéis saber que estos filósofos, cuya
sabiduría alabáis, acaban allí donde nosotros empezamos".
La bendición
Bendecir es "decir
bien", al igual que maldecir es "decir mal".
Precisamente por su generación
en este mundo bajo, el hombre ha sido mal dicho. Para ser
regenerado debe ser bien dicho. La Palabra es regeneradora y
creadora. El hombre debe ser re-creado.
"La palabra esencial y
sustancial transmitida por el maestro es lo que nos hace
herederos del Altísimo, a condición de que la recibamos
santamente, con gratitud y no profanamente con malicia"
(XXIV, 13).
"No nos salvaremos por el
trabajo de nuestras manos ni por el trabajo de nuestra voluntad
ni por el de nuestra inteligencia". - "La bendición de
Dios y la operación de su santo amor en nuestros corazones
purificados son lo que realizará la obra de liberación y de
resurrección" (XXXVI, 78-78').
Sin esta bendición, el hombre
no puede liberarse de las cadenas del mal que le habita. No hay
regeneración sin la transmisión del Don de Dios.
"La bendición de Dios es lo
que envía el agua de vida y su amor es lo que encarna el fuego
santo" (IV, 37').
Esta bendición es el agua de
vida, la Gracia, y la Luz.
"Quien ha encontrado la luz
del Señor puede abandonar el Libro. Dios lo establecerá en la
paz por su amor, de la misma manera que lo ha introducido en la
gracia por su bendición" (XX, 55).
"Sin la bendición de Dios
somos totalmente impotente s para manifestar aquí abajo la vida
del Señor de resurrección'. - "La luz de Dios primero
fecundará nuestras tinieblas interiores, después, nuestras
tinieblas manifestarán la luz de Dios" (XXXVII, 54-54').
"... Aquel que dice una
palabra a su Señor ha ganado su jornada pero el que oye una
palabra de su Señor ha ganado su vida" (IV,
14').
"La cosa viene de dentro
hacia fuera, pero también viene de fuera hacia dentro, y
permanece en ella misma por la eternidad". - "Las cosas
dicen la palabra pero la palabra no es dicha por las cosas. Las
palabras dicen la cosa pero la cosa no es dicha por las
palabras" (XXXVIII, 59-59').
Curiosa identificación entre
palabra y cosa. El autor no sabía hebreo que precisamente
utiliza la palabra "dabar" para significar a la vez :
cosa, palabra (escrita) y palabra (hablada).
"El centro del Universo
descansa en el corazón del hombre, pero para liberarlo primero
es necesario que el espíritu libre venga en auxilio del
espíritu prisionero de las tinieblas" (IV, 36').
Este dijo a su hermano :
ayudame a disolver y te ayudaré a coagular.
"El don de Dios permanece
solitario en nuestro corazón y en nuestras manos, porque este
pueblo se ha vuelto imbécil a fuerza de creer en su propia
inteligencia, y se sacia de las obras de muerte, y rechaza la
obra de vida que le es ofrecida gratuitamente" (XXXVIII,
60).
"... cántanos el NOMBRE que
fuerza las puertas de la muerte..." (XIII, 16).
La gracia y el amor
"El agua de la gracia es lo
que hace que el corazón mortificado se funda y lo que separa en
nosotros la vida pura de la mugre de la muerte.
El fuego del amor es lo que
fecunda el corazón depurado y lo multiplica en la gloria de
Dios" (XXII, 58).
"Dios es como un fuego fijo y
seco, oculto en un fuego movedizo y húmedo. El que lo descubre
posee el dominio de la vida" (IV, 48).
"La gracia es como el agua
que libera y el amor, como el fuego que une".
"Dios es como el agua que
reúne los universos y como el fuego que los madura" (X, 58'
y 59').
"La bendición de Dios es lo
que envía el agua de vida y su amor es lo que encarna el fuego
santo" (IV, 37').
"La gracia es la que salva lo
que hay de bueno en nosotros.
El amor es el que lo perfecciona,
pero es el conocimiento quien realiza la unión misteriosa y
última" (VII, 10').
"No hay reposo sin
conocimiento.
No hay conocimiento sin amor.
No hay amor sin la gracia.
No hay gracia sin abandono"
(XII, 32).
"El amor, que es el alimento
del alma, no necesita ser digerido como la gracia y como la
comida, que son los alimentos del espíritu y del cuerpo, pues ya
es como el fuego divino : realizado y perfecto" (XIV, 34').
"El amor penetra, el amor
anima, el amor exalta, el amor multiplica, el amor unifica en el
esplendor". "Mediante la pureza de la gracia es como
imantamos el amor divino y como encarnamos a Dios en
nosotros" (XVIII, 66 y 66').
El santo y el sabio
"La vida del Sabio sale de la
muerte del santo, como la vida de la mariposa sale de la muerte
de la oruga, que se vuelve crisálida y después, milagro de
resurrección." - "Asimismo, nuestras vidas volverán a
salir del caos de la disolución tenebrosa, donde se renueva el
divino misterio de la creación de Dios. ¡Que los que saben
reflexionar examinen esta espejo oscuro!" (XXV, 27-27').
He aquí de nuevo ese famoso
espejo de los santos y Sabios Filósofos a propósito del cual,
uno de ellos ha dicho : "Verán la Naturaleza como en un
espejo cuyo reflejo les manifestará la Sabiduría infinita del
Creador que la dirige y la conduce a través de todas sus
operaciones por una simple y única vía que constituye todo el
misterio de la Gran Obra".
Por su parte, Louis Cattiaux
afirmaba lo siguiente : "D'Espagnet bien habla del espejo
que es el vestido de la esencia divina en el que se reflejan
todas las cosas pasadas, presentes y futuras. El espejo de los
filósofos no es un espejo que refleja como lo hace el del mundo,
sino que es un espejo que permite ver a través de él al igual
que los cielos se abren".
San Pablo habla también como
un cabalista; en su segunda Epístola a los Corintios (III,
18), nos da incluso una precisión, que los cabalistas hebreos
han hecho con frecuencia : este espejo se ilumina progresivamente
: "Y todos nosotros, con el rostro descubierto, reflejando
como en un espejo la gloria del Señor (d
ó a : gloria), somos transformados en esta
misma imagen, cada vez más resplandeciente (a
p ó d ó s
is d ó a v :
a claritate in claritatem) como conviene a
la acción del Señor que es Espíritu".
"El santo se desencarna de la
muerte del mundo. El Sabio se reencarna en la vida de Dios."
- "¿Quién es el ignorante que los opone? ¿Quién es el
conocedor que los une?" (XXV, 18-18').
"La
humildad precede. La
santidad prepara.
Las tinieblas incuban.
La muerte separa.
El exilio nos instruye.
|
El
triunfo sigue. La
sabiduría realiza.
La luz surge.
La resurrección reúne.
El retorno nos fija."
(XXV, 20-24').
|
"El santo liga el alma y el
espíritu en Dios y supera la segunda muerte." - "El
Sabio liga el alma, el espíritu y el cuerpo en Dios y supera la
primera y la segunda muerte" (XXIII, 77-77').
"Hay dos vías de retorno a
Dios : ya sea la disolución en la vida universal y libre, ya sea
la coagulación en ella." - "La primera vía es
enseñada por muchos y realizada por algunos. La segunda vía es
enseñada por algunos y realizada por muy pocos." - "El
que la separa es ignorante. El que las une es Sabio" (XXVI,
13-13'-13").
"¿Acaso la luz de vida no
proviene de la unión del cielo y de la tierra. Y, ¿Las dos
vías de Dios no se encuentran milagrosamente unidas en ella
sola?" - "Los profanos ignoran ambas, los
semiinstruidos las separan y las oponen; solamente los sabios las
juntan y las unen en la unidad de Dios" (XXXI, 41-41').
"¿Acaso no hago bien
contemplando la faz de mi Señor? ¿Acaso no hago bien
exponiéndome al amor del Unico esplendor?" - "Dáme,
Señor, el cuerpo imperecedero y puro, el único que puede
sostener sin perjuicio tu mirada amorosa y penetrar hasta el
reposo de tu santa profundidad" (XXVIII, 15-15').
Dos etapas pues en la obra de
regeneración : la bendición que abre, separa y purifica : la
visión marial. Luego, la unión que fecunda, cuece y fija : la
palabra crística. La Flor y el Fruto (ver II, 60').
"... y nadie podrá reunirse
con el Señor sin haber sido lavado por su bendición y sin haber
sido reanimado por su Espíritu Santo..." (XIV, 3').
La realización espiritual y
la realización corporal
"Algunos alcanzan aquí abajo
la iluminación espiritual del Señor de vida y los nombramos
bienaventurados." - "Pero ¿Dónde están los que
llegan al conocimiento corporal del Unico Esplendor? Y ¿cómo
los nombraremos?" - "Lo más inteligentes y los más
avanzados en el estudio y en el conocimiento de los misterios de
Dios sólo penetran la realización espiritual." - "Es
el retorno al estado libre, movedizo e incondicional en Dios. Son
los liberados de Dios." - "Algunos de entre éstos obtienen
el conocimiento de la ciencia divina y superan la realización
espiritual para penetrar la realización sustancial." -
"Es el acceso al estado libre, fijo y manifestado en Dios.
Son los resucitados de Dios" (XXXII, 42 a 44').
"Las escuelas religiosas y
las escuelas iniciáticas no deben limitar su enseñanza a la
búsqueda espiritual; deben conservar el último peldaño que es
la búsqueda sustancial olvidada por todos" (XXXII, 45').
"Los más instruidos de entre
los estudiantes de las santas y Sabias Escrituras interpretan los
misterios divinos como los símbolos de la renovación espiritual
del hombre extraviado en este mundo." - "¿Cuántos de
entre ellos comprenden que estos Santos Misterios describen
también la regeneración corporal del hombre crucificado aquí
abajo? (XXXVI, 13-13').
"Los más sabios y los más
inteligentes toman las Escrituras reveladas por los tratados de
historia y de moral." - "Los más santos y los más
inspirados toman estas mismas Escrituras reveladas por tratados
de ascesis y de mística." - "¿Dónde están los
sabios iluminados de Dios que también saben reconocer en ellas
la ciencia oculta del Unico Esplendor que salva de la
muerte?" (XXXVI, 20-20'-20").
La pureza
"El conocimiento del árbol
es menos importante que el del fruto y éste es menos útil que
el conocimiento del cuesco. Finalmente es la almendra lo que
debemos conocer en su pureza, y es el germen lo que debemos
manifestar en su perfección" (II, 57').
"Dejaremos nuestras
abluciones cuando reluzcamos de pureza y es entonces cuando el
sol del Dios nos fecundará plenamente, pues lo que ofreceremos
al Señor es un corazón virginal y ligero y lo que nos dará a
cambio es un corazón sembrado y denso" (XX, 7').
"La pureza de la sustancia de
la Madre es lo que nos permitirá encarnar el esplendor de la
esencia del Padre y llegar a ser, de este modo, verdaderos hijos
de Dios por la eternidad" (XX, 1').
"¿Quién presentará al
Altísimo un espejo de amor y de pureza, para que habite de nuevo
entre nosotros en el esplendor primero y último?" -
"Nuestra virgen ha concebido bajo la mirada del Altísimo y
nos ha dado un hijo que ha vencido la muerte y que perfeccionará
a todos sus hermanos mutilados" (XVIII, 68-68').
"Liberemos a nuestra reina
virginal y nos dará un hijo que salvará al género humano y que
lo restituirá en su esplendor primero. INRI" (XX, 44').
La luz
"¿Hay algo más despreciado
que la vestidura de Dios? ¿Hay algo más desconocido que la luz
del sol? (II, 11).
"Quien siembra y cosecha la
luz del sol posee la más alta virtud y el mayor tesoro del mundo
total" (III, 40').
"La luz del sol, de la luna y
de las estrellas fecunda perpetuamente el agua del cielo que
lleva la simiente hasta las profundidades de la tierra, de donde
surge la vida de los seres y de las cosas" (IV, 19').
"¿Qué hay más ligero que
la luz del sol? Sin embargo, ella es quien da el peso a todas las
cosas del mundo (X, 3').
"Luz palpable." -
"El peso de la luz" (Letanías de la Madre y del Hijo,
17-3').
"¿No permitirás a uno de
tus hijos liberados manifestar tu santa luz de vida que ilumina
los espíritus y que salva las almas y los cuerpos?... (XXXII,
34').
"La luz de Dios primero
fecundará nuestras tinieblas interiores, después, nuestras
tinieblas manifestarán la luz de Dios" (XXXVII, 54').
El oro
"El oro que dormita en el
barro es tan puro como el que brilla en el sol" (II, 21').
"El amor al oro hace que sea
buscado incluso en la inmundicia, sin embargo, pocos hombres son
capaces de asirlo en el cielo y de fijarlo en la tierra"
(II, 24').
"Lo que nos hace falta es el
oro celeste, ya que la enfermedad de la muerte no agota nuestros
deseos" (VI, 9').
La naturaleza
"La naturaleza está
profundamente sepultada en la tierra y altamente situada en el
cielo, pero existe un lugar particular donde está más oculta y
más evidente que en ningún otro sitio." - "Hay una
gran perdición para los astutos, pero también una gran
recompensa para los corazones sencillo y desapegados" (VIII,
48
-48').
"Nuestra vida está
eternamente preñada de Dios. ¿Quién lo hará aparecer antes
del término de la muerte y de la resurrección del gran mundo?
'La naturaleza liberará la naturaleza y el niño misterioso
nacerá de la única Madre'" (IV, 96').
La naturaleza celeste reunida
con la naturaleza terrestre forman pues la Unica Madre capaz de
dar a luz al hijo misterioso.
"La naturaleza oculta será
liberada, depurada y magnificada hasta su origen divino, para
convertirse en la esposa del Señor magnífico" (VII, 57').
"Nuestra fe radica en la
certeza de la naturaleza encarnada en la carne del mundo. Nuestra
fe se nutre de la esperanza de reencontrar esta naturaleza divina
sepultada en el pecado de muerte. Nuestra fe se anima por la
efusión del Espíritu Santo que fecunda la naturaleza divina y
así nos rehace niños de Dios a imagen de Dios mismo"
(XXXVIII, 19').
"El más grande de entre los
hombres es quien puede poner de acuerdo la enseñanza de la
naturaleza con la de los libros santos para hacer una sola
cosa" (III, 101).
"Dios nos ha dado el Libro de
la naturaleza, ¡pero no lo hemos leído!" - "Nos ha
enviado el Señor para deletreárnoslo, ¡pero no le hemos
oído!" - "Ha realizado ante nosotros el misterio de la
encarnación y el de la resurrección, ¡pero no los hemos
visto!" - "Si nos imprime su vía en blanco sobre negro
¿nos daremos cuenta de ella, la estudiaremos y la seguiremos? O
bien, ¿diremos que tampoco la hemos recibido?" (XXIX, 50 a
51').
En su Tratado de los tres
Principios, el sabio filósofo Cosmopolita, discípulo de
Hermes, se expresa sin equívoco en lo que se refiere a esta
santa Naturaleza : "Decía pues que la naturaleza es una,
verdadera, sencilla, entera en su ser, y que Dios la ha hecho
ante todos los siglos y le ha incluido un cierto espíritu
universal. Se debe saber que el término de la naturaleza es
Dios, al igual que es también su principio, ya que todas las
cosas terminan siempre en lo que han tomado su ser y su comienzo.
He dicho que es única y que es a través de ella que Dios ha
hecho todo lo que ha hecho. Todas las cosas proceden de esta sola
y única Naturaleza y no existe nada en el mundo fuera de la
Naturaleza..." Y Nicolás Valois en sus Cinco Libros añade
lo siguiente : "Puesto que a través de esta Naturaleza
serás iluminado, si es que estás en gracia".
San Isidoro de Sevilla en sus
Etimologías (Libro 11, 1) da la misma definición : "La
Naturaleza debe su nombre a ser ella la que hace nacer las cosas.
Es, por lo tanto, lo que tiene capacidad de engendrar y dar la
vida. Hay quiénes han afirmado que la Naturaleza es Dios, por
quien todo ha sido creado y existe".
La madre
"La Madre universal que
existe por Dios quien la modela a su gusto.
La fecundadora del cielo.
La fecundada de Dios.
La fecunda de la tierra.
'La verdad es una maldición para
quiénes se acercan a ella y no la reciben'" (II, 71').
"La vida eterna es la salida
de uno mismo y la entrada de nuevo en Dios. 'La Madre luminosa es
la sustancia de todo lo que vive. El Padre brillante es la
esencia de todo lo que se mueve'" (VIII,
63).
"En la fe y en la paciencia
es donde la Madre es encontrada y actúa enseguida. Ella es quien
libera y cura. El agua del cielo hace germinar la tierra pero
todos permanecen ciegos y sordos ante el milagro de Dios, pues se
creen más inteligentes y sabios que el creador de los mundos
innumerables" (XIII, 7').
"Os adoramos Agua, madre de
las aguas, pues el fuego viviente está en vuestro centro y sois
excelente sobre todas las demás luces. El sol es vuestra
producción magnífica. Santa Madre del fuego, socorrednos ahora
y en la hora del paso difícil. ¡Que así sea!" (X, 60').
"... El Sabio medita sobre la
luz del mundo hasta encontrarla. Luego medita sobre su contenido
hasta manifestarlo" (X, 60).
El nombre de Dios
"El santo Nombre de Dios es
una realidad viva y palpable que todo lo puede. Es un misterio
que muy pocos han conocido o conocerán" (XVIII, 65').
"El Padre-Dios es el NOMBRE
de Dios inexpresado en el secreto del Agua-Dios. Dios está
oculto en su NOMBRE.
El Agua-Dios es el NOMBRE de Dios
que desciende y sube en sí mismo. Y su NOMBRE es la vida.
El Espíritu-Dios es el NOMBRE de
Dios que se mueve en todos los sentidos sobre el Agua-Dios. Y su
NOMBRE está vivo.
El Cuerpo-Dios es el NOMBRE de
Dios que se manifiesta y se fija en el Agua-Dios. Y su NOMBRE se
nutre de la vida.
Así, Dios es aquel que ES, por lo
que ES, en lo que ES, para lo que ES" (XXX, 22 a 25").
"Según suba o descienda, el
NOMBRE de Dios es una bendición o una maldición, pues tiene un
anverso y posee un reverso. Así, el mismo NOMBRE puede producir
la vida o hacer aparecer la muerte, según la manera en que se
presente a nosotros y también según la manera en que nos
presentemos a él" (XXVII, 46').
"El que lea hasta el final el
Libro de los contrarios y sepa unirlos en el NOMBRE único,
doble, cuádruple y óctuple parecerá Sabio a los Sabios, santo
a los santos y loco a los locos.
Así, muchos han disertado
magníficamente acerca de Dios, de sus atributos y de su
creación, pero ¿cuántos han entrevisto el extremo de su ropaje
y cuántos han besado la huella de sus pasos? Pero ¿cuántos,
entonces, han contemplado el esplendor de su cuerpo y cuántos,
¡oh, estupor!, han saboreado las delicias de su corazón?"
(XIII, 38').
El conocimiento
"El conocimiento especulativo
es, respecto al saber posesivo, lo que una pata de palo a un
miembro sano" (VIII, 35').
"Todo reposa en nuestro
corazón, en nuestro espíritu y en nuestras manos. Pocos lo
creen, algunos lo presienten y sólo uno lo experimenta"
(VIII, 36').
"Todo conocimiento no
experimentado es nulo porque no tiene efecto" (IX, 10).
"Los ojos del espíritu
perciben fácilmente la evidencia de la eternidad y las manos del
conocimiento la manifiestan sin esfuerzo" (IX, 4').
"Sólo hay un conocimiento,
una unión y un reposo verdaderos, que están en el fijeza
realizada del fuego celeste" (IX, 59').
"El abandono, la gracia y el
amor son lo que libera de las prisiones de la muerte y nos hace
acceder a las moradas del cielo; pero el conocimiento posesivo es
lo que nos fija en el centro secreto" (XII, 37').
"El verdadero conocimiento
implica la posesión, la absorción y la transmutación"
(XI, 58).
"Los hijos de Dios liberan de
la miseria, de la enfermedad, de la vejez, de la duda y de la
muerte. Es la señal que no engaña" (IX, 10').
"Pocos hombres han sido
favorecidos con el conocimiento posesivo pues pocos santos dentro
de los mejores son capaces de adquirir la potencia divina sin
perjuicio para ellos mismos ni para los demás." -
"Estar poseído por Dios es ser santo. Poseer a Dios es ser
Sabio. Pero penetrar a Dios es ser insensato y volverse como
Dios, quien es el sentido primero y último" (XI, 69-69').
"La gracia es lo que salva lo
que hay de bueno en nosotros. El amor es el que lo perfecciona,
pero es el conocimiento quien realiza la unión misteriosa y
última" (VII, 10').
Los dos alimentos
"Rezaremos así para la
comida : 'Gracias Señor que te entregas para nuestro alimento
bajo el velo tenebroso de las criaturas terrestres. Haz que la
digestión se realice en nosotros perfectamente a fin de que
recibamos tu vida preciosa y que rechacemos el veneno de la
muerte'." - "Rezaremos así para la comunión :
'Gracias Señor, que te das a nosotros para nuestra salvación
para el velo luminoso de la criatura celeste. Haz que tu vida
gloriosa resplandezca en nosotros para siempre después de haber
aniquilado la abominación del pecado de muerte que nos mantiene
en la agonía del exilio'." (XXXVII, 15-15').
"Así, el hombre supera el
alimento terrestre y lo transforma en él. Pero es superado por
el alimento celeste que lo transforma en Dios." - "Lo
que repetimos aquí a todos los creyentes es un gran misterio,
pues es el misterio de Dios que habita la pureza de la vida
liberada de la muerte." - " Por lo tanto, sólo nos
queda encontrar al maravilloso Señor descendido del cielo que ha
dicho : 'Comed, ésta es mi carne; bebed, ésta es mi
sangre'." - "O bien, obtener de un sacerdote secreto de
Dios la comunión de este prodigioso Señor que salva de la
muerte. 'Orden de Melquisedec'." - "Pues sólo
conocemos y recibimos en imágenes en este mundo oscurecido por
la muerte, como prefiguración del gran día del juicio, en el
que conoceremos y recibiremos la realidad santa y palpable."
- "Sin embargo, Dios ha permitido a unos cuantos de sus
Sabios conocerlo en este mundo y ha permitido a unos cuantos de
sus santos recibirlo ya aquí abajo, como las primicias de la
resurrección anunciada a todos." - "Así, comprendemos
porque está dicho que el Señor Dios juzgará a los vivos y a
los muertos, a los vivos en primer lugar y a los muertos a
continuación." - "Pues, incluso la gracia del don de
vida ya en este mundo, no nos dispensa del juicio último del
Dios justísimo" (XXXVI, 26 a 29').
El fruto
"El tocón a reflorecido, la
flor ha dado su perfume y el fruto ha madurado pesadamente sin
que nadie lo sospeche. '¿Quién comerá el don de Dios? Y
¿quién será penetrado por su esplendor?'" (XXIII, 40).
"¿Acaso no hemos dado un
fruto maravilloso como un buen árbol plantado por el Señor en
la tierra de exilio?" - "Los que coman de este fruto
volverán al paraíso de Dios y ya no volverán a salir de él
gracias a su experiencia de la muerte" (XXXIV, 70 -70').
La salvación
"Una vez más, la promesa de
la salvación es dada a los exiliados que sufren y que ruegan a
Dios por su liberación." - "Una vez más, la puerta
del reino está abierta para los que tienen sed de la vida pura e
imperecedera que resplandece en Dios" (XXXIV, 76-76').
"Los que nos predican el
cielo y se entierran en las pequeñeces de este mundo son
hipócritas que siembran el odio hacia Dios en el corazón de los
humanos exiliados, en vez de hacer florecer en él su amor santo
y perfecto." - "La salvación de Dios no es, como
algunos lo enseñan, una eventualidad remota y vaga. Es una
realidad inmediata y palpable para el que la alcanza aquí abajo.
He aquí lo que todos debemos saber." - "Nunca nos
avergoncemos de abandonar una opinión limitada y vaga para
adoptar una idea más precisa y más amplia de la salvación de
Dios, pues así nos abriremos y germinaremos en Dios en vez de
estancarnos y descomponernos en el mundo" (XXXIV,
78-78'-78").
La actualidad de la
salvación
"Los fieles piadosos oyen
hablar de la cosa bajo el velo de las santas Escrituras,
según su atención y según su entendimiento. Estos son
oyentes y prometidos a la salvación de Dios." "Los elegidos de Dios reciben
la cosa de manos de los hijos de Dios, según sus
plegarias y según la pureza de su vida. Estos son
depositarios y conservadores de Dios."
"Que cada uno
practique la religión de sus padres o la que haya
elegido, y que cada uno penetre su fe particular antes de
confrontarla con la de los demás."
"A veces, algunos
buenos niños reciben de un hijo de Dios la cosa oculta
en todos los tiempos y la perfeccionan según sus
instrucciones."
"Estos socorren a su
prójimo y hacen recordar en el mundo oscurecido la vía
Sabia y santa que salva de la muerte."
"Así pues, hay los
que oyen hablar de la cosa o que ven sus efectos."
"Luego, hay los que
reciben la cosa y hacen uso de ella, según los
mandamientos de Dios, para el bien de los pobres y de los
abandonados."
"¿Quién alcanzará
el conocimiento del Unico Esplendor?"
|
"Los santos creyentes de Dios se
benefician de la cosa gracias a los elegidos de Dios,
según su caridad y según su fidelidad. Estos son
socorridos y salvados de Dios." "Los hijos de Dios hacen la
cosa con sus manos, según la gracia y según el amor de
Dios y la comunican según su voluntad santa. Estos son
conocedores y poseedores de Dios."
"Así, penetrando
hasta el centro secreto, cada uno será unificado en la
unidad del Unico y se convertirá en 'Mensajero
Reencontrado'."
"Pero muy pocos
Sabios inquiridores obtienen de Dios la gracia de
descubrir el origen del caos, donde se oculta la santa
luz de vida."
"Generalmente, éstos
permanecen ocultos, limitándose a suscitar portaluces
que manifiestan la verdad de Dios en el mundo."
"Después, hay los
que se benefician de la cosa, sin conocerla y sin
poseerla."
"Finalmente, hay los
que conocen la cosa y la hacen con la ayuda de Dios, para
su propia salvación y para la de los suyos."
"Y ¿quién será
unificado con los Heloym en el Unico Dios?"
(XXXV, 2-2' a 9-9')
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La piedra
"La fe, la simplicidad y la
sobriedad nos mantendrán en vida con más seguridad que la
ciencia, que el progreso y que la abundancia del mundo profano
que va a la muerte sin saberlo. '¿Recibiremos el don de Dios con
inteligencia?" - "Os damos la piedra de coronación que
acaba el edificio santo y su luz iluminará las naciones, porque
la piedra de fundación es como la piedra cumbre, y la piedra
cumbre es como la piedra de fundación en la unidad del
Uno." - "Los sabios y los inteligentes niegan la
evidencia del milagro de Dios, y los creyentes orgullosos lo
clavan en el tiempo, sin ver que se renueva constantemente ante
sus ojos de ciegos" - "¿No ha dicho el maestro :
'Quien caiga sobre la piedra de fundamento será quebrado y sobre
quien caiga la piedra cumbre será aplastado'? ¿Es que ya no lo
oímos?" - "Muchos han sido quebrados a causa de la
impureza de sus corazones que les ha impedido reconocer la piedra
de fundación plantada en tierra." - "Muchos serán
aplastados por la piedra de la cumbre a causa de la impureza de
sus ojos que les impedirá verla caer del cielo."
"La piedra de fundamento es
una piedra cúbica y la piedra cumbre es una piedra piramidal.
¿Lo sabíais?" - "No hemos añadido ni hemos quitado
nada. ¿Lo veis?" (XXVI, 47-47' a 50-50').
El Libro se ofrece a los
pueblos negros
"La piedra del fundamento es
la más despreciada porque es oscura, pero es la más preciosa
pues todas las demás están ocultas en ella." - "Así
como el pueblo negro es el más despreciado, pero también es el
mejor, pues hará brillar a todos los demás en el Señor
reencontrado" (XXVII, 11-11').
"Los blancos que reciben el
Libro son herederos en primer lugar, pero en nada son superiores
a los negros. Considerémosles a todos como hermanos iguales en
el amor de Dios y recibámosles con todo afecto pero no los
mezclemos entre sí." - "No os avergoncéis del color
negro que Dios ha escogido para vosotros, pues en éste es donde
están escondidos todos los demás. ¿No sabéis que la luz ha
salido de las tinieblas al comienzo y que al final reposará en
el esplendor dorado?"
"Es porque el Libro ha sido
rehusado por los bien pensantes que el Señor lo ha ofrecido a
los sencillos. Demos pues, gracias al Señor por el don que nos
hace y demos gracias a los bien pensantes que así nos lo han
enviado sin saberlo." - "El humor del Señor es grande
y se burla de los demasiado inteligentes y de los demasiado
sabios de una forma inaudita. Los pueblos herederos de la
doctrina del cielo que han caído en el orgullo, todos lo han
experimentado en su tiempo" (XXVII, 17-17', 18-18').
"Ahora, habrá una comunidad
negra heredera de la santa piedra de fundamento colocada por el
ungido de Dios, pues, por primera vez, un Libro y un profeta son
dados a los pueblos negros en particular, mientras que antes, la
revelación divina les había sido ofrecida como quien tira un
hueso a los perros a fin de colocarles mejor el collar de la
esclavitud" (XXVII, 34).
¿Quién ha escrito el
Libro?
"No hemos nacido en una
familia rica y nadie nos ha instruido en los misterios de Dios.
Hemos tenido que descubrir, sólo las santas y Sabias Escrituras
y hemos tenido que estudiarlas en la pobreza y en el abandono a
fin de que nadie se crea olvidado sea cual sea su estado aquí
abajo." - "No hemos escrito el Libro en la paz ni en la
seguridad de un santo retiro. Lo hemos escrito desde el principio
hasta el fin en medio de la cloaca en fermentación de la gran
ciudad, a fin de que nadie se crea abandonado, sea cual sea su
situación aquí abajo" (XXVII, 57-57').
"¿Quién
ha escrito el Libro verdaderamente? El mismo.
EL (LVI)
|
Y
¿quién lo lee en verdad? El mismo.
EL (LVI)
(XXXII, 11 a 13').
|
"Los defectos y las
insuficiencias del Libro deben ser imputados a nuestra debilidad
y a nuestra indigencia excrementales que pertenecen a la nada
cenagosa." - "Las cualidades y las bellezas de la obra
deben ser atribuidas a nuestra luz substancial y a nuestra
inspiración substancial, que pertenecen a Dios."
"Así pues, nuestra
individualidad temporal no debe ser un obstáculo para nadie, sea
rechazándole, sea atrayéndole." -
"Pues, sólo la palabra de
Dios y su salvación cuentan en definitiva y sólo ellas deben
ser el objeto de todos nuestros pensamientos y de todos nuestros
cuidados aquí abajo."
"¿No nos hemos borrado a fin
de no hacer sombra a la luz de Dios? Y ¿no hemos obrado
gratuitamente?" - "¿En la pobreza, en la soledad y en
la reprobación del mundo para la comunidad de nuestros hermanos
humanos?"
"¿Acaso nuestros maestros no
son los vivientes de eternidad?" - "¿Y nuestro maestro
no es el Señor de la vida eterna?" (XXXII, 1-1' a 4-4').
Dios
"Dios es como un fuego fijo y
seco, oculto en un fuego movedizo y húmedo. El que lo descubre
posee el dominio de la vida" (IV, 48).
"Dios es como el agua que
reúne los universos y como el fuego que los madura" (X,
59').
"Dios es como un tesoro
sepultado en la tierra que pisoteamos y como un secreto oculto en
la lluvia que cae sobre nuestras cabezas" (V, 21').
"Entre las dos caras de Dios
sólo hay la diferencia que existe entre la piedra y la piedra,
pero una es oscura pero la otra brilla con magnificencia"
(III, 61').
"A la gloria de Dios -EL
(LVI) : el fuego secreto que suscita los Universos, que los
mantiene y que los consume-, y para el servicio de los hombres
que lean con los ojos del espíritu del corazón los signos
inscritos en la carne del mundo" (pág. 9).
DIEU LE FEU!
DIEU LE VEUT!
(1)
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1. Literalmente : ¡DIOS EL FUEGO!
¡DIOS LO QUIERE! ; esta sentencia se refiere al grito de combate
de los antiguos cruzados : "¡DIOS LO QUIERE!".
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