ANFITEATRO
de
la
ETERNA
SAPIENCIA
Henrich Kunrath
Presentación y
selección: c. del Tilo
Traducción: L.
Robecchi
Introducción
Henrich Kunrath se sitúa en el
linaje de la escuela de los Cabalistas cristianos que nació a
finales del siglo XV, con Pico de la Mirándola, Giovanni
Agostino Pantéo, y después Juan Reuchlin, León Hebreo, Paulus
Ricius, el cardenal Gilles de Viterbo, H.C. Agrippa, Blaise de
Vignère (1), y otros muchos.
Dichos cabalistas cristianos
afirmaron que si Moisés recibió la Ley escrita, o sea la Letra,
así como los mandamientos de la ley mosaica, también recibió,
según la opinión de san Pablo (2) y de varios Padres de la
Iglesia, la Ley Oral, que no posee más que un solo mandamiento y
que constituye el sentido verdadero de la Ley escrita, y que los
hebreos llaman Cábala, ya que se transmite y se recibe por
herencia. Es pues, a los Profetas, sucesores de Moisés a quienes
fueron confiados los Oráculos de Dios, la Ley Oral.
Si es así en cuanto al Antiguo
Testamento, también es cierto respecto al Nuevo; y la Iglesia
cristiana, heredera de las dos leyes, de la misma manera que los
hebreos, tuvo también al principio una escuela donde se
transmitía el secreto de la Ley Oral o Cábala. Por eso dijo
Jesús a sus discípulos: (Marcos IV,11) «A vosotros se
os ha concedido el conocer el misterio del reino de Dios; pero a
los que están afuera todo viene en parábolas...»
Así pues, aunque difieran la Ley
escrita del Antiguo Testamento y la del Nuevo, la Ley Oral, o sea
su verdadero sentido, es idéntica tanto en uno como en otro.
Paulus Ricius, como Pico della
Mirándola, reencuentra en la Cábala, sin oscuridad, «el
misterio de la Trinidad en la unidad, la generación eterna del
Hijo, el pecado original por el cual entró la muerte en el
mundo, la Redención por la Pasión y la sangre del Mesías, su
Resurrección, la Santa Virgen reina del cielo, el cuerpo
místico de la Iglesia, los santos que constituyen el Templo de
Dios y los miembros de Cristo...» (3).
Y Pico della Mirándola en sus
Conclusiones, dice así: «No hay ninguna ciencia que tanto nos
certifique la divinidad de Cristo como la Magia y la Cábala.»
(4).
Es pues bajo el impulso de los
Cabalistas cristianos que Occidente volvió a dedicarse al
estudio de las lenguas sagradas y del hebreo en particular.
Nacido en Leipzig en 1560, Henrich
Kunrath es una de las figuras destacadas de esa corriente en la
segunda o tercera generación. Obtuvo en 1588 el diploma de
medicina en la Universidad de Basilea, la misma por donde pasó
Miguel Maier algunos años más tarde. Ejerció en Hamburgo y
después en Dresde, donde murió en 1605. Otra obra suya se
titula: El caos hileálico, publicado en Magdeburgo en
1597.
Kunrath se presenta como
discípulo de Paracelso (1493-1541) un fiel amante de la
teosofía y de una y otra medicina, versado en la ciencia
cristiano-cabalística, divino-mágica y físico-química.
Sus maestros más venerados,
además de Paracelso, eran Reuchlin, H.C. Agrippa y el inglés
John Dee.
En uno de sus comentarios, afirma
claramente que recibió de un maestro el Don de Dios:
«...de uno de ellos recibí el
León verde católico de Dios, y la sangre del León, o sea el
oro, no el vulgar, sino el de los Filósofos; lo he visto con mis
ojos, lo he tocado con mis manos, lo he saboreado con mi lengua,
lo he olfateado con mi nariz; ¡Oh, cuán admirable es Dios en
sus obras!» (Anfit. p.118).
Su Anfiteatro de la eterna
Sapiencia se presenta adornado de láminas simbólicas donde
abundan inscripciones en latín, griego y hebreo, y está
compuesto de comentarios sobre 365 versículos (tanto como los
días del año), sacados del Libro de los Proverbios y el
de la Sabiduría y divididos en 7 grados o capítulos.
Cada versículo se presenta en dos columnas; de un lado la
traducción de la Vulgata, y del otro, la traducción del
hebreo para los Proverbios, y de la Setenta para la
Sabiduría (5).
Con un estilo algo enfático, que
no debe desanimar al lector, ya que el fondo es lo que importa y
no la forma, el autor mezcló adrede la terminología cristiana
con la de la Cábala, y la de la Alquimia, y en eso podemos
discernir otra característica propia de los maestros del
Renacimiento: el acercamiento entre la Cábala y la Alquimia
hasta el punto de hacer pensar que se trata en realidad de una
sola y misma ciencia, de una misma enseñanza. Según J. van
Lennep, el primero en reivindicar este acercamiento fue Giovanni
Agostino Panthéo, sacerdote de Venecia, en su tratado: Voarchadumia
contra Alchimiam, publicado en el año 1518 (6).
Esta afirmación, hoy en día
bastante olvidada, tendría que llamar la atención a los
modernos estudiosos de la Alquimia, ya que muchos ignoran que el
estudio de la tradición cabalística de los hebreos no es
inútil para abordar correctamente los misterios de los
Alquimistas, cuyos escritos no pueden ser separados de las Santas
Escrituras.
El Anfiteatro, traducido,
como parece, por Grillot de Givry, comporta 180 páginas en
folio, de las que hemos extraído, para nuestros lectores,
algunos de los comentarios bíblicos de H. Kunrath.
_______________
(1) Ver La Puerta nº 3,
verano 1.979, pag.27 a 48.
(2) Pablo, Epístola a los
Romanos III, 1-2.
(3) F. Secret: Les Cabalistes
chrétiens de la Renaissance. Ed. Dunod, París, p. 89.
Existe una traducción castellana en Ed. Taurus.
(4) Pico della Mirándola, Conclusiones
mágicas y cabalísticas. Ed. Obelisco, Barcelona 1.982.
(5) Tal como se sabe, el texto del
Libro de la Sabiduría no se encuentra en la Biblia hebraica.
(6) J. van Lennep, Alchimia, Crédit
Comunal, Bruxelles, 1984. p. 172
* * *
Traducción de
fragmentos de
ANFITEATRO
cristiano-cabalístico,
divino-mágico, físico-químico,
ter-tri-uno
católico de la
ETERNA
SAPIENCIA
única
verdadera,
dispuesta
por
Enrich Kunrath
Traducción de la
Traducción del Libro de los
Vulgata Los
Proverbios del Hebreo
y del Libro de la
Sabiduría
del Griego.
versículos
citados
Proverbios. I
vers. 1
I. Escucha, oh, Hijo mío I.
Escucha, oh, Hijo mío,
dice Salomón, hijo de dice
Selomoh, hijo de
David, Profeta y Rey de David,
Profeta y Rey de
Israel, en Jerusalén, Israel, Rey
Sabio, panegi-
Rey sabio, panegirista rista
sublime de la Sabi-
sublime de la Sabiduría duría
eterna, única verda-
eterna, única verdadera, dera, y
el más notable
y el más notable de todos; de
todos; escucha, hijo
escucha, hijo mío, dice, mío,
dice, estas parábolas
estas parábolas mías a mías a
fin de conocer
fin de conocer la SABIDU- la
Sabiduría y la Erudi-
RÍA y la DISCIPLINA y ción y
comprender la elo-
comprender las palabras cuencia de
la Inteligen-
de la PRUDENCIA. cia.
vers. 5
IV. Al oírlas el Sabio IV. El
Sabio las oirá
se volverá más sabio y y
aumentará en él el cono-
el Inteligente adquirirá cimiento
de la Doctrina,
el arte de gobernar. y la
inteligencia poseerá
los consejos.
vers. 6
V. Considera las parábolas V. A
fin de comprender
y la interpretación; las la
parábola y la elocu-
palabras de los Sabios ción, las
palabras de
y sus enigmas. los Sabios y sus
enigmas.
Las parábolas: Nadie
comprenderá los discursos ocultos, llenos de misterios y de
cosas secretas sino por la SABIDURÍA de DIOS que los revela. La
Reina de Saba intentó obtenerlos de Salomón. El Patriarca José
y David, el Rey-Profeta, fueron divinamente enseñados por ellos;
también se encuentran en los Profetas y en el Apocalipsis de S.
Juan. También fueron célebres por ellos los Egipcios que
escondieron sus misterios bajo las figuras jeroglíficas. De
allí provienen esas imágenes místicas con las que los Magos,
con un arte admirable, han representado los Misterios Divinos
Teológicos, Políticos, Naturales y la naturaleza oculta de las
cosas. De allí provienen esos enigmas de la Tabla de Esmeralda
Hermética y las insignes figuras de la piedra de los Filósofos.
Aprende aquí (tú que tienes sed del néctar de la verdad,
escondido por los Sabios) la vía y el método para conseguir
comprender los enigmas, las parábolas, las alegorías, los
discursos místicos de los antiguos Sabios, en TODOS los escritos
cabalísticos, mágicos, químicos. Si tienes la SABIDURÍA por
hermana y la PRUDENCIA por amiga (según el vers. CVI),
comprenderás y aprenderás Teosóficamente TODAS LAS COSAS.
La interpretación: Como
dicen los Hebreos, la medida y la ponderación del verbo. A esto
se refiere la Guematría de los Kabbalistas...
...Conviene citar aquí unos
versos que el ilustrísimo Jean Oléarius, Doctor de Teología y
Profesor de Lengua Hebraica en la ilustre academia Julia,
escribió a Paul de Praga, antes de cumplir veintisiete años,
elogiando la Kábbala:
«Ni un punto, ni
una iota de la ley,
Ni una letra de lo
que está escrito
En los libros
Proféticos, perecerá.
Cristo, su autor,
así lo afirma.
¿Quién podría
creer que tan pequeños
detalles puedan
tener tanta importancia?:
Considera, sin
embargo, el nombre de IESU,
Del Maestro de los
cristianos, y estarás convencido.
Pues, créelo, no
encontrarás nada
Más bello que la
Kábbala.
Y nada más
perfectamente dulce para el alma.
Desea, pues, su
santo estudio a fin de que Cristo,
Como a San Pablo,
te desvele los misterios
Y añade a esto
frecuentes plegarias.»
Sapiencia VII
vers. 1
La condi- X. Verdaderamente X.
Verdaderamente
ción de to- yo mismo soy un yo
mismo soy un
dos los hom- hombre mortal, simi-
hombre mortal, simi-
bres, al en- lar a todos y de lar
a todos y he
trar y al la raza terrestre sido
procreado de
salir de es- de aquel que ha este
hombre que
ta vida, sido el primero ha sido
el primero
es la mis- en ser creado; y en ser
formado de
ma. he sido representado la
Tierra.
bajo forma carnal
en el vientre de mi madre.
«Verdaderamente, yo soy un
hombre mortal
» dicho de otro modo: ¿A quién
revelará Dios sus misterios? ¿Me comunicará los secretos de la
Naturaleza? ¿Realmente a mí? ¿Quién soy yo, pues, sino un
pecador y por tanto un mortal u por consiguiente indigno de
tantos Bienes y Dones de Dios, es decir, de los tesoros infinitos
de la SABIDURÍA eterna de la que se habla en este Prólogo?
Respondo que confieso ser indigno de tales dones, pero que, sin
embargo, los necesito. Considera al Rey sabio que, no siguiendo
aún perfectamente los preceptos de David, su padre, (pues
inmolaba en lugares elevados y quemaba perfumes) no por ello
dejó de ser colmado, por el sueño de una sola noche, por Dios,
de la Sabiduría tanto de las cosas superiores como de las
inferiores. I Reyes III, 1-15. E incluso en el momento que
poseía la prudencia en el gobierno de las cosas, hasta tal punto
que nadie le era comparable, decía, sin embargo: Soy un
hombre mortal, similar a todos...
Así es (continúo) que, no
obstante, Bezeleel fue llenado del Espíritu de Dios, de la
Sabiduría, de la Inteligencia y de la Ciencia de todas las
cosas, para inventar y realizar todo lo que puede hacerse en oro
y en plata, en bronce, en mármol y piedras preciosas, y todas
las obras en madera, y que Acheliab le fue dado por compañero; y
en sus corazones, instruidos sobre todas las cosas, fue puesta la
Sabiduría por el Señor, para que realizaran todo lo que les
había sido prescrito por Moises, Éxodo, XXXI, 3. Así
igualmente David que, sin saber de letras, fue, sin embargo, por
la elección de Dios, de pastor creado Profeta, y el primero de
los Doctores en cosas Divinas, ya que, por ellas concluyó los Salmos
y así superó a los más exquisitos Poetas. A pesar de ello, era
pecador, adúltero y homicida no obstante, no perdió el nombre
de justo, ya que siempre se rehabilitó con frecuentes
penitencias. Helías, dice Santiago, v.17 (el cual viene muy a
propósito en la presente objeción) era un hombre SEMEJANTE A
NOSOTROS (en sí mismo, aunque Apóstol, y sin considerarlo fuera
de la asamblea común) sujeto a todas las afecciones; y, sin
embargo, rezó con fervor para que no lloviera sobre la tierra y
paró de llover durante tres años y seis meses. Y rezó de nuevo
y el cielo dio la lluvia y la tierra su fruto. Y así
sucesivamente. No persistas objetando: "No debes, amigo,
compararte a éstos; Dios se ha servido especialmente de estos
órganos excepcionales para realizar grandes cosas; considerando
que sus vocaciones y la tuya son diferentes, juzgarás que
también tú difieres de ellos". Realmente, es algo
importante lo que dices, excelente hombre, y voy a responderte
que ciertamente me detendría si no me hubiera apartado de ello
por tantas, tales y tan numerosas vocaciones, invocaciones,
admoniciones, exhortaciones católicas y finalmente incluso
conminaciones bajo la pena gravísima de la ira de Dios, opuestas
tanto por la SABIDURÍA misma como por el Sabio, lo que se verá
a menudo en este Prólogo, y si la Promesa Católica de la
VERDAD, invitando a todos los hombres, no excluyendo a nadie, tan
a menudo repetida poco después de haber ya sido mencionada, no
se opusiera absolutamente a ello. Creo más en ella, una y única
verdadera, que en todo el cortejo capcioso de tus dudas. Seguiré
pues, sabiamente la SABIDURÍA y al Sabio que me llama y me
estimula a la Divina paciencia. ¿Por qué me excluiría yo mismo
si no estoy excluido por Dios? Pero alguien aún dudará y dirá:
"Soy joven y aún no tengo cabellos blancos".
Respondo: "Dios no hace
acepción de personas, etc..., vers. XXXVIII, CLXXXIV, CCXCIX
y que no es en absoluto sólo por
el número de años que la vejez se vuelve docta y agradable a
Dios como en el vers. CCCLI, Que también sea un consuelo y un
ejemplo pensar que José, David, Salomón, Daniel, Jeremías,
Timoteo, etc..., y otros (incluso en nuestro siglo) innumerables,
aunque jóvenes, no fueron insensatos y fueron poseedores (por la
gracia de Dios) de los tesoros inagotables de la
SABIDURÍA".
Que así mismo sea respondida la
objeción de la ignorancia o del olvido de las diversas lenguas,
o sea, Hebraica, Griega, Latina, etc..., que Dios a menudo
acostumbra a hacer Sabios y Doctores de aquellos que únicamente
hablan su lengua materna. Los ejemplos son fáciles de encontrar,
innumerables y en todos los pueblos. IEHOVAH es quien da la
facultad de hablar bien y la SABIDURÍA, Éxodo, IV,11; Mateo,
X,19; Marcos, XIII,11; Lucas, XII,11-12. «El
Espíritu del Señor ha hablado a través mío», dice David, II
Reyes, o Samuel XXIII, 2: «y su discurso ha estado
sobre mi lengua». Los santos hombres de Dios han hablado
inspirados por el Espíritu Santo, II Ep. de S. Pedro, I,
21.
vers. 13
XXXII. ¿Acaso no he escu- XXXII.
¿Y no he obedecido
chado la voz de los que la voz de
los que me ins-
me enseñaban y no he pres-
truían y no he prestado
tado oído a los Maestros? oído a
los que me enseñaban?
(Amén, Amén, yo te lo digo).
(Amen, Amén, yo te lo digo).
«¿Acaso no he escuchado la
voz...» Ni observado lo que Dios me ordenaba con la voz y la
enseñanza, en la Naturaleza, en la Sacro-Santa Escritura y en mi
Conciencia. «A los Maestros
» o sea, los que son
verdaderamente Maestros, que enseñan las Ciencias y las Artes
excelentes de los misterios secretos de Dios, abundantemente
provistos de los Bienes y de los Dones de la Naturaleza; y digo
que la Obra de Bereshit y de Mercabah, vers. CLXII,
según la Ley y el Testimonio de la Sacro-Santa Escritura, del
Gran Libro de la Naturaleza, de la Conciencia recta,
Cristiano-Kabbalísticamente, Físico-Mágicamente y
Físico-Químicamente; no Pagana ni sofística y fabulosamente.
Pues estamos enseñados por el Espíritu de la Sabiduría, tanto
por los Maestros vivos, Sabios y hábiles. Divinamente enviados
hacia nosotros, o mudos, o sea, los Libros de los Sabios y la
llave del Espíritu Santo que los abre; como por la única y
desnuda inspiración o la revelación secreta. Las Ciencias
excelentes, las Artes secretas, la Piedra Filosofal, que es el
nombre que le da el vulgo, e incluso la forma de prepararla,
estos dos secretos del Arte, TODAS LAS COSAS, también puede
aprenderlas el Teósofo. Por ello, aunque seas Príncipe o Noble,
no seas insensato, por miedo a pasar por loco ante el Dios de los
Sabios y para no tener que arrepentirte de esta locura, obedece
al que te reprende según el bien, ( la exhortación de un amigo
siempre es buena, dice Homero, Ilíada, XL). Corresponde
al Preceptor corregirte Teosóficamente y al sabio regenerarte de
tus vicios y errores. Juvenal, Sátira VII, exclama: «Los
Dioses inmortales quieren que el preceptor haga, santamente, de
padre».
vers. 34
XLVIII. Bienaventurado XLVIII.
Bienaventurado
el hombre que me oye, el hombre
que me escucha
que vela cada día en mi
manteniéndose cada día
umbral y que observa en cerca de
mi umbral obser-
mi puerta. vando en mis puertas.
«Que vela en mis
puertas
» Las puertas de la SABIDURÍA ETERNA son tres:
la Biblia sacro-santa, las Criaturas o la Naturaleza, o sea, el
Macrocosmos con toda la milicia celeste del ejército Espiritual,
y el Microcosmos, según el cuerpo y el espíritu, y finalmente,
el Alma (mens) Divina del hombre. ¡Oh feliz, tres y
cuatro veces feliz, tanto en esta vida como en la vida futura y
bienaventurada, el que, en las puertas de la Sabiduría, vela
desde la mañana (como en el vers. CLXX), que escucha cada día
(ver vers. XXVIII y CLVIII), que ve Teosóficamente en toda su
vida y que observa sabiamente en sus puertas la verdadera
Sabiduría, hablando maravillosamente, respondiendo y enseñando!
Aquí aprenderá de esta forma y si quiere TODAS LAS COSAS.
vers. 28
LVII. Entonces me invoca- LVII.
Entonces me invoca-
rán y no les satisfaceré; rán y
no les satisfaceré;
se levantarán por la maña- me
buscarán desde por la
na y no me encontrarán. mañana y
no me encontrarán.
«Y no les satisfaceré
»
Porque vendrán después de la fiesta. Venir a tiempo siempre
es lo mejor. Os ruego que tengáis en mente el símil de las diez
vírgenes, cinco locas y cinco prudentes, Mateo, XXV.
Disponed en el tiempo de la gracia el aceite del Espíritu Santo
para las lámparas de vuestros espíritus, la Doctrina para
vuestras almas, a fin de que posea un alimento y luzca
fructíferamente la lámpara de vuestra Alma, divinamente
encendida por esta luz del Padre de las luces, que brilla en
medio de las tinieblas del mundo y huye de las potencias de las
tinieblas, y por la que viene todo Bien y todo Don perfecto. Así
pues, desde por la mañana, cuando oigáis la voz de la verdadera
SABIDURÍA, procurad no cerrar vuestros oídos. «No me
encontrarán
» Porque no habrán seguido la sola y
única vía Real que lleva a la Sabiduría (que es el TEMOR DEL
SEÑOR) no la encontrarán ni la hallarán verdaderamente; andan
en los sofismas y en las locuras fanáticas e insensatas de la
Sabiduría mundana; también por las vías tenebrosas,
apartándose de la verdad; la línea recta se vuelve siniestra y
nada se presentará a ellos aunque se hayan levantado de buena
mañana. Así pues, enseñamos que es imposible buscar, encontrar
y conocer a Dios sin Dios o de hablar de Dios sin Dios. Por esto
existe este mandamiento: «no habléis de Dios sin luces».
Pues sin su voluntad, sin su luz, no hay en el hombre nada
inocente, como canta la Iglesia.
vers. 17
CXLV. Porque a los que CXLV.
Porque a los dignos
son dignos de ella, Ella de ella,
ella misma los
misma gira, buscándoles, busca
girando, y en las
y en sus vías se muestra vías se
muestra benévola-
a ellos con hilaridad, y en mente
a ellos mismos y
todas las cosas la Provi- en toda
cogitación se
dencia se ofrece a ellos. ofrece a
ellos.
«El que persevera hasta el
final será coronado
» Pues por la asidua meditación
nuestro Espíritu se ejercita, se estabiliza y se fija en las
nociones superiores, pues no es (créeme) el trabajo de un sólo
día...
... Si buscas la Sabiduría, en
contrapartida ella te buscará y te atraerá magnéticamente
hacia ella; encuéntrala y ella te encontrará; «del mismo modo
que el hombre se haya comportado con ella y haya intentado
obtenerla, así se comportará ella con él».
Prov. VIII
vers. 22
CXLVIII. El Señor me ha CXLVIII.
IEHOVAH me ha
poseído al comienzo de poseído
en el comienzo
sus vías, antes de que de su
vía, de todo tiempo,
creara alguna cosa al comienzo.
antes de sus obras. Sab. IX,9
«El Señor me ha
poseído
» Es decir, me ha adquirido o engendrado. La
palabra Canah, que significa adquirir, es empleada para
poseer o engendrar. Gén. IV,1: «He poseído al hombre
por IEHOVAH». Es por error que algunos leen: «me creó». «Al
comienzo de sus vías
» Las vías eternas del Eterno (o
sea, el Ser mismo del Señor) existen desde toda la eternidad,
pues su Sabiduría es eterna. El comienzo es la eternidad misma.
Muéstrame (calumniador) el comienzo de las vías de Dios y te
mostraré el comienzo de su Sabiduría. La Sabiduría (tal como
es evidente por todo el contexto) no es, pues, una criatura, sino
la creadora de todas las criaturas.
vers. 27
CLIII. Cuando preparaba CLIII.
Cuando preparaba
los Cielos, yo estaba los Cielos,
yo estaba
presente, cuando rodeaba allí;
cuando describía
los Abismos de una ley un círculo
sobre la super-
cierta y de un límite. ficie del
Abismo.
«De una ley cierta
»
Cuando disponía en su medio el centro de la Tierra que es
extremadamente puro y cuando reducía los Abismos, es decir, el
Agua y la Tierra, a la figura esférica y circular, en una
palabra, cuando constituía el globo inferior del Mundo, el
Creador, ELOHIM, estableció y prescribió una Ley cierta que no
se puede ni se debe osar transgredir contra su voluntad.
Argumento muy excelente de la Sabiduría inmensa y de la infinita
Paciencia de IEHOVAH. Observación: Encontrar la tierra muy pura
en el centro de la Tierra es un término empleado por los
Filósofos, tanto por los ciegos y los cojos como por los
videntes, e incluso por los que andan en la vía Real, los
verdaderos hijos de la Doctrina y de la Sabiduría cierta. Esos
desgraciados tuertos (monoculi) ignoran donde se
encuentra el CENTRO físico de la Tierra; ¿Para qué sirve su
imaginación? ¿Deseas realmente saberlo? Te lo diré: busca el
Fuego (Vulcanum); es él quien, en todo cuerpo celeste,
por la mano limpidísima y obstétrica de Neptuno, manifestando
Físico-Químicamente su centro muy cándido, lo mostrará a
todos tus sentidos; lo verás, lo tocarás, lo probarás, lo
oirás, lo olerás. ¿Quieres algo más amplio? El
filósofo me comprenderá; no el sofista. Lo que he dicho es muy
grande. Ved la tercera figura de este Anfiteatro.
vers. 30
CLVI. Estaba con Él, com- CLVI.
Estaba al lado de Él
poniendo todas las cosas, como un
discípulo y
y me deleitaba por cada estaba
cada día en alegría,
día, jugando en todo mo- y juego
ante él en todo
mento ante Él. momento.
«Era...» EHIEH.
Hay que observar: Exod. III,14, que Dios dice a Moseh: EHIEH
ESER EHIEH: YO SERÉ EL QUE SERÉ. Además dice:
«así dirás a los hijos de Israel»: EHIEH: YO
SERÉ, «me ha enviado hacia vosotros». La Biblia de
los Setenta y la Edición vulgata traducen en este
pasaje: YO SOY AQUEL QUE SOY por YO SERÉ EL QUE SERÉ. Pues a
menudo se encuentra en hebreo este futuro en vez del presente.
Ahora bien, los hebreos escriben así para designar mediante esta
locución la eternidad; afirman que por ella ha sido indicada la
soberana, omnipotente y sempiterna estabilidad de Dios que
siempre ha sido, es, será. Sólo Dios puede decir: SOY Y SERÉ.
Pues cuando hablamos de Dios, todos los tiempos están
confundidos y unidos. San Juan ha expresado en griego ese nombre
de Dios en el Apocalipsis I, 4, diciendo: es decir, por
aquel QUE ES y QUE ERA y QUE SERÁ. Y también así en la
Oración Dominical: «Nuestro Padre, QUE ESTÁS en los
Cielos». Así la Sabiduría encarnada IESUH-CHRISTO también
dice en otro lugar: «Yo soy la Vía, la Verdad y la Vida». Y:
«Antes de Abraham, YO ERA». Este Kabbalístico y no
despreciable EHIEH, cuando sea tratado en su lugar (por la
voluntad de Dios) será explicado por la figura primera en este
Anfiteatro de la SABIDURÍA Eterna, única verdadera, en la
exposición del nombre divino de Dios.
Así pues, desiste ahora,
calumniador, de tu pernicioso delirio, negando tanto la Divinidad
como la Eternidad de la Sabiduría (que está encarnada en el
tiempo). YO ERA, EHIEH, o sea, LA SABIDURÍA DE DIOS que
dispone todas las cosas. Hay que observar que nuestro Sabio
entiende en este caso por Sabiduría lo que San Juan, cap.
I, entiende por VERBO. Así pues, el VERBO hecho carne y la
Sabiduría de Dios encarnada en el tiempo son una misma cosa:
DIOS, EL HIJO DE DIOS, QUE ERA, ES Y SERÁ desde la eternidad
hasta la eternidad. ¿Qué responderás a esto, impío? Todo lo
que estaba antes del Mundo creado es Dios; ahora bien, la
Sabiduría estaba antes del mundo creado; así pues, la
Sabiduría es Dios. Por ello San Juan, el Evangelista, enseña
según el Sabio que el VERBO ya estaba en el Principio, afirma
inmediatamente después que estaba cerca (apud) de Dios,
que es el único que está antes (antè) del Principio. Y
ya que todo lo que está antes del Principio es necesariamente
Dios, así pues, afirma con razón que el VERBO es Dios mismo,
sin que se pueda sospechar por ello que hay dos DIOSES. El
Comienzo o Principio de la Creación existe exclusivamente antes
que cualquier cosa creada. Pues es el principio de las cosas
creadas. Así pues, Dios del cual él es el VERBO (mediante el
cual ha creado todas las cosas en el Principio) no ha creado su
VERBO, porque sino no hubiera existido antes del Principio.
¿Así pues, qué? Dios ha engendrado de sí mismo, Dios de Dios,
de toda eternidad, pues no se puede llevar la investigación más
lejos.
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