SOBRE
LOS NOMBRES DE DIOS YHWH Y ELOHIM
Julio
Peradejordi
Tienes todos los
Nombres, ¿cómo podría
Denominarte, a Ti,
el único que puede
Poner nombre?
Gregorio Nazianzeno
(Carmina Liber I,
29)
En la Torah y en los escritos de
los cabalistas, la divinidad recibe diversas denominaciones, los
Nombres de Dios lo cual ha creado una cierta confusión entre
aquellos que no han tenido la oportunidad de profundizar en el
sentido de éstos y en los comentarios de los rabinos.
Efectivamente, en la Torah se nos
habla de Elohim, de El Shaddai, etc... Ciertos
comentaristas malintencionados han querido ver una suerte de
politeísmo más o menos encubierto o disimulado, mientras que
algunos críticos modernos nos remiten, por ejemplo, a dos
fuentes distintas en la composición de la Escritura: Una
«yahvista» y otra «elohista». Ambas fuentes habrían sido
intercaladas un tanto caprichosamente por el redactor de la Torah
a quien, en algunos pasajes, se le habrían cruzado los cables:
son aquellos que nuestros ilustres biblistas no han tenido más
remedio que bautizar como «Yahvista-elohistas». Parece como si
la tendencia de la exégesis moderna consistiera más en colocar
inteligentes etiquetas a las palabras de la Escritura que en
comprenderlas realmente.
Según esta teoría tan ajena a la
hermenéutica tradicional, un pasaje claramente «elohista»
sería:
«Elohim creó al Adán a su
imagen...» (Génesis I, 27)
Y uno «yahvista»:
«Porque YHWH, tu Dios, es un Dios
de misericordia» (Deuteronomio IV, 31), o
también:
«Bueno es YHWH hacia todos...»
(Salmos CXLV, 9).
Un pasaje de los llamados
«Yahvista-elohistas» sería el siguiente:
«Estas son las generaciones (toldot)
de los Cielos y la Tierra cuando fueron creados en el día en que
YHWH-Elohim hizo los Cielos y la Tierra» (Génesis II,
4).
Como veremos a continuación,
estos dos nombres de Dios no designan a dos dioses distintos,
sino a dos aspectos de la divinidad, dos maneras distintas de
manifestarse ésta al hombre. Sin embargo, se trata siempre de un
único y mismo Dios, como podemos deducir de otro pasaje de la
Escritura, algo incómodo para los defensores de la teoría
"Yahvista-elohista":
«Y habló Elohim a Moisés y le
dijo: Yo soy YHWH» (Éxodo VI,2).
* * *
«Y habló Elohim a Moisés...»
Veamos cómo interpreta este
versículo un comentario tradicional del Midrash: (1)
«Rabí Abba ben Mamel dijo: El
Santo, bendito sea, dijo a Moisés: ¿Quieres conocer mi Nombre?
Me llamo según mis actos. A veces me llamo El Shaddai,
Tsebaot, Elohim, YHWH.
Cuando juzgo a las criaturas, me
llamo Elohim.
Cuando combato a los malvados, me
llamo Tsebaot.
Cuando retengo las faltas del los
hombres me llamo El Shaddai.
Y cuando soy misericordioso para
con los mundos, me llamo YHWH. Este nombre es el atributo
(midá) de la misericordia, según se ha dicho:
YHWH, YHWH, Dios (El:
fuerza), misericordioso y piadoso (Éxodo
XXXIV, 6)».
* * *
«Elohim creó al Adán...»
Ante tal profusión de nombres y
de atributos divinos, numerosos comentaristas se han preguntado
por qué el Adán, el hombre, fue creado «a imagen de Elohim»
y no de cualquier otro nombre de Dios. Para contestar a este
pregunta de poco nos van a servir las teorías
"Yahvista-elohistas". Hemos de referirnos forzosamente
a los maestros cabalistas.
Elohim, según Rabí Hayyim
de Volozhyn (2) designa al «Dueño del conjunto de las fuerzas»
(no olvidemos que El, fuerza, es otro de los
nombres de Dios).
Si el texto sagrado emplea en esta
ocasión este nombre de Dios en concreto, es para señalar al
lector que la actividad divina es distinta de la humana. Para
hacernos entender esta diferencia, este autor utiliza la
siguiente comparación, que resumimos:
«Cuando un hombre construye una
casa, utiliza madera que ya existe; no la crea él. Cuando deja
de actuar con su fuerza sobre esta madera, ésta no deja por ello
de existir. Con Elohim ocurre lo contrario: crea ex-nihilo
(de la nada), cada día, en todos los instantes. Si se retirara y
dejara de actuar aunque sólo fuera por un instante, los mundos
volverían a la nada y al caos.»
* * *
«YHWH está cerca de todos los
que Le invocan, de todos los que Le invocan en verdad... (Salmos
CXLV, 18) Esto evoca la parábola de un Rey ante el cual se
presentó un hombre implorándole. El Rey escuchó todas sus
palabras, pero no le contestó.
El hombre imploró de nuevo, pero
como el Rey le escuchaba sin decir nada, se fue. Los servidores
del Rey exclamaron: "Señor, por qué no le has contestado a
este desgraciado?" Y el Rey contestó: "He atendido a
sus palabras y le he escuchado, pero este hombre es culpable ante
mí y no merece que sea satisfecho su deseo. Muy a menudo ha sido
recomendado en mi nombre a este hombre y a sus amigos que no
fueran malvados y que volvieran a mí. Hasta la fecha he tenido
paciencia para con ellos. Pero ya que no tuvieron ningún respeto
hacia mí, yo no lo tendré hacia ellos."
Lo mismo ocurre con el Santo,
bendito sea: YHWH está cerca de todos los que Le invocan, de
todos los que Le invocan en verdad (Salmos CXLV,
18).» (3)
Ya vimos que YHWH era el atributo
de misericordia, pero de este magnífico pasaje del Zohar podemos
deducir que para que YHWH sea misericordioso con el hombre, éste
debe serlo respecto a El.
* * *
El nombre YHWH-Elohim aparece por
primera vez en la Torah en Génesis II, 4, justo después
de haber sido creado el mundo. El texto sagrado dice así:
«Estas son las generaciones (toldot)
de los Cielos y la Tierra cuando fueron creados, en el día en
que YHWH-Elohim hizo los Cielos y la Tierra».
Según el Midrash Rabbá,(4)
cuando YHWH-Elohim hizo los Cielos y la Tierra, no había ningún
brote sobre ésta y no había germinado ninguna planta, «pues
YHWH-Elohim aún no había hecho llover sobre la tierra y no
había hombre para trabajar el suelo».
Acto seguido, tuvo lugar la
creación del hombre: «Y formó YHWH-Elohim al hombre del polvo
de la tierra» (Génesis II, 7).
Según este Midrash, adam
(hombre), matar (lluvia) y eretz
(tierra) son todos ellos nombres de tres letras para
indicar que: «No hay lluvia sin tierra; no hay tierra sin lluvia
y sin ellas dos no hay hombre».
En un sentido literal, esta
enigmática aseveración no presenta mayores dificultades: el
hombre, formado (vaitser) de barro (agua de lluvia y
tierra) depende tanto del agua del cielo como de los frutos de la
tierra para su cotidiana subsistencia. Pero este pasaje se
refiere sin duda a un misterio mucho más sublime, según declara
en este mismo Midrash, Rabí Haiá bar Abba: «La lluvia
vale tanto como la resurrección de los muertos"».
Leyendo entre líneas, podemos
extraer las siguientes conclusiones:
Hasta que es creado el hombre, no
hay lluvia: se trata pues de dos acontecimientos simultáneos, lo
cual centra todo el problema del hombre. (5)
Sin tierra y sin lluvia, no hay
hombre, lo cual parece referirse a dos partes de una misma cosa
que han de unirse para que tenga lugar el acontecimiento de la
creación. (6)
Sin hombre, finalmente, no hay
quien estudie la Torah y, por lo tanto, no hay resurrección:
«Felices los Hijos de Israel que se consagran al estudio de la
Torah y que conocen sus caminos, pues gracias a ella conocerán
el Mundo por venir». (7)
Esta unión a la que tan
sutilmente se alude y que parece tener lugar en el hombre, puede
verse reflejada en el hecho de que el autor bíblico ya no nos
habla de YHWH o de Elohim, sino de YHWH-Elohim.
Ya Filón de Alejandría (8)
distinguía en la divinidad dos potencias: una creadora que la
Escritura denomina Dios (Theos) y otra real (en el sentido
de regia) llamada Señor (Kurios). Para este autor
corresponden exactamente Theos a Elohim y Kurios a
YHWH.
En el judaísmo palestino ocurre
lo mismo: «Allí donde Dios es llamado YHWH, actúa con
misericordia; cuando es llamado Elohim, actúa con estricta
justicia» (9).
Refiriéndose a estos dos aspectos
de Dios, En el Talmud está dicho: «Hay un asiento para la
Justicia divina y otro para su Misericordia» (10)
Según la Cábala, Dios tiene dos
aspectos o medidas (midot), una terrible y destructora,
llamada la medida del rigor: Elohim. Otra misericordiosa,
graciosa, clemente, llamada medida de la Misericordia: YHWH. (8)
Comentando otro versículo de Génesis
en el que aparece el nombre YHWH-Elohim, (9) Schneur Zalman
escribía:
"El término YHWH designa el
flujo divino por el cual es llevado a la existencia el mundo y
por el cual es mantenido; (10) la palabra Elohim designa
la dominación divina sobre este flujo, sin la cual la abundancia
absorbería al mundo. Es gracias a la asociación del amor divino
y de la dominación divina (YHWH-Elohim dijo...) que el mundo
puede subsistir". (11)
* * *
"E hizo Elohim dos grandes
luminarias..."
Comentando este versículo de
Génesis I, 16, el Zohar (12) nos explica:
«Originariamente estaban ligadas
no formando más que una. Era el secreto del Nombre completo
unificado: YHWH-Elohim (...) Pero la luna no estaba tranquila
ante el sol y tenía vergüenza ante él (...) La gran luminaria,
es YHWH y la pequeña luminaria es Elohim.»
Esta diferenciación entre YHWH y
Elohim concuerda asombrosamente con otro gran tema cabalístico:
la escisión provocada por la Caída, simbolizada también por el
hecho que Eva diera de comer a Adán del fruto prohibido y ambos
"sintieran vergüenza".
* * *
Podemos reencontrar el tema de la
escisión entre THWH y Elohim en la Cábala de Safed, cuando se
alude a la división en dos del Nombre de Dios YHWH. A raíz de
la Caída, habría quedado dividido en dos partes: YH arriba y WH
abajo.
En la reunión de estas dos partes
parece constituir uno de los secretos de la Cábala, el Tikún.
Es el sentido del Sacrificio (de
Sacer facio, hago sagrado), en hebreo Korban, "el que
acerca, el que religa", palabra relacionada con Kereb,
"corazón, entrañas, interior". (13)
Numerosos cabalistas hablan en sus
escritos de esta reunión. Algunos la representan por la letra
alef, la primera del alfabeto por lo que simboliza a la Unidad.
Si el Nombre de Dios YHWH vale 26 (Y = 10, H = 5, W = 6, H =5),
la letra Alef estaría formada por una Vav (=6) y dos Iod (10 por
2 = 20).
Otros ven esta reunión en un
versículo del Deuteronomio (IV, 39) que dice:
"Y sabe hoy y recuerda en
tu corazón que YHWH es Elohim..."
Comentándolo, el Zohar sugiere:
«Integra el nombre Elohim en el
nombre YHWH para comprender que es uno e indivisible (...) Cuando
el hombre ha comprendido que todo es uno y no inserta ya ninguna
fragmentación, el otro lado (14) se retira del mundo
y no lo influencia más.»
Este parece ser también el
sentido del versículo de Génesis I,15:
"Y hayan luminarias en el
firmamento..."
En la palabra luminarias (Meorot),
las letras Mem, Tav están unidas por la palabra Or, luz. (15)
Sin embargo, en la palabra Met,
muerte, sólo lo están por la letra Vav.
Pero no nos dejemos engañar por
las apariencias, ya que: "La muerte es una luz velada de
terror". (16)
¡Ojalá sepamos transmutar con Su
ayuda este terror en amor y misericordia!
NOTAS:
(1): Éxodo Rabbá, cap.
III
(2): Ver LAme de la Vie,
Ed. Verdier, Lagrasse, 1986. Esta idea aparecía ya en el
Comentario a la Torah de Najmánides.
(3): Comentario que hemos
aligerado un poco del Midrash ha Neelam (24c). ¿No se
trata de una alusión al estado en que se halla el hombre caído?
(4): Bereshit Rabbá, XIII,
3.
(5): Según Rabí Ochaya, "el
poder de la lluvia es terrible y corresponde a toda la obra del
Bereshit" (Bereshit Rabbá XIII, 4)
(6): Todo ello equivale
simbólicamente a la unión del Cielo y de la Tierra. Ver a este
respecto LA PUERTA, Simbolismo, pág. 31 a 31 y 59 a 61.
(7): Zohar, Noah 59b. Ver a
este respecto el artículo de R. Arola y Ll. Vert sobre la Torah.
El estudio de la Torah por parte del hombre parece ser el sentido
de la creación. Ocuparse de la Torah, nos enseña el Zohar (II,
129a) es como ocuparse del Santo Nombre (YHWH) que corresponde a
la medida de la Misericordia. Dicho de otro modo, estudiar la
Torah es atraerse la Misericordia divina, la única manera de
compensar el Rigor.
(8) De Sacrificat, 307
(9) Sifrei, 71a; Pesiqta,
149a y 164a; Bereshit Rabbá, 12 y 15; Targum Salm. LVI,
11.
(10) Sanedrín, 38b.
(8): Ver a este respecto el Libro
de Briere Narbonne, Exegèse Zoharique des Prophéties
Messianiques, París, y también el comentario de Blaise de
Vigenère que aparece en el artículo de C- del Tilo que marca la
diferencia entre Elohenu (nuestro Elohim) y Adonenu (nuestro
YHWH).
(9): Concretamente Génesis II,
18, ver Lettre aux Hassidim sur lextase de Dow Baer de
Loubavitch, Fayard, París, 1975, pág. 38.
(10) Ver El Mensaje
Reencontrado, L. Cattiaux, Ed. Sirio, Málaga, 1987, pág.
9:"Él: El fuego que suscita los Universos, que los mantiene
y que los consume". Y también, pág. 299: "Ciertos
Nombres de Dios matan y algunos otros dan la vida, ciertos
Nombres de Dios consumen y otros riegan; ciertos Nombres de Dios
matan y algunos otros dan la vida, ciertos Nombres de Dios suben
y algunos otros descienden".
(11): Ver a este respecto el
artículo de S. Rubí que aparece en este mismo fascículo.
(12): Zohar, I, 20a.
(13): Ver El Mensaje
Reencontrado, Op. cit. , libro XIX, 47, pág. 196:
"El Templo del Señor es su gracia dentro de nuestro
corazón y el sacrificio es su amor por nosotros y es nuestro
amor por él".
(14): "El otro lado",
según el Zohar, es la muerte.
(15): Señalemos que el valor
numérico de Or, luz, es 207, el mismo que Raz, secreto.
(16): El Mensaje Reencontrado,
Op. cit. Pág. 25.
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